Sergio Sarmiento / Los instrumentos

AutorSergio Sarmiento

"Desprecio un mundo que no siente que la música es una revelación más alta que toda la sabiduría y la filosofía".

Ludwig van Beethoven

DAVOS.- No soy un hombre de iglesias, pero este miércoles por la noche me metí en una iglesia en una pequeña calle de este poblado alpino suizo. La arquitectura y los interiores austeros contrastaban con el ornato de los templos católicos de México.

Una veintena de personas habíamos acudido a ese lugar para asistir a una "cena" de reflexión: "Música del barroco a la era digital". De la cena no vale la pena escribir: se sirvieron simplemente unos sándwiches y canapés. Las presentaciones fueron suficientes para hacerme cambiar la forma en que veía la historia de la música.

El profesor Tobias Schabenberger y el decano de la Academia de Música de Basilea presentaron, apoyados por un grupo de intérpretes, una serie de instrumentos de teclado que han cambiado de manera gradual a lo largo de los últimos siglos. Del clavicordio pasamos al clave (clavecín o clavicémbalo, harpsichord en inglés, que tiene un sonido más rico, como de arpa), de ahí al pianoforte (así llamado por permitir la modulación de los sonidos del piano, o suave, al forte), al piano de concierto de la actualidad y a un teclado electrónico, que sólo puedo describir como una iPad grande, para la interpretación de música contemporánea. Un mismo preludio de Johann Sebastian Bach suena radicalmente diferente en cada uno de estos instrumentos.

Lo más sorprendente al escuchar la música interpretada en clavicordio o clave es el bajo volumen. Difícilmente uno de estos instrumentos podría ser escuchado en una moderna sala de conciertos. En los siglos 17 y 18, sin embargo, la música se interpretaba en pequeñas salas de los palacios de la nobleza o en iglesias, como la que sirvió de marco a esta presentación. Asistían a las representaciones a lo mucho una treintena de personas. No había, por otra parte, luz eléctrica. Los conciertos se iluminaban en las noches con velas. El silencio de los asistentes debe haber sido total.

En el siglo 18 había cientos de fabricantes de instrumentos de teclado en Europa. Hoy hay a lo mucho cuatro o cinco en todo el mundo...

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