Sergio Sarmiento / Ford y Trump

AutorSergio Sarmiento

"Lo que el proteccionismo nos enseña es hacernos a nosotros mismos en tiempos de paz lo que nuestros enemigos nos quieren hacer en tiempos de guerra".

Henry George

Mark Fields, presidente ejecutivo de Ford, declaró esta semana que la empresa no ha cambiado sus planes.

"Seguimos adelante con nuestro plan de trasladar la producción del Ford Focus a México", dijo en el Salón del Automóvil de Los Ángeles, pero reiteró que esto no reducirá empleos en Estados Unidos.

Por el contrario, la decisión "hará sitio a dos productos muy importantes que volveremos a traer a las plantas de Michigan".

Las decisiones empresariales las deben tomar los empresarios y no los políticos o los burócratas. Los directivos de Ford necesitan mantener competitiva a su empresa y toman decisiones para ello con costos potenciales enormes.

La lógica de Ford es impecable. Los autos compactos tienen un margen de rentabilidad menor que los vehículos de mayor lujo o las camionetas.

La mano de obra, por otra parte, representa un porcentaje mayor del costo de fabricación de un auto compacto que de uno más grande, caro y equipado.

Para mantenerse competitivas en el mercado de los compactos, las empresas automotrices tienen que aplicar un mayor control de costos.

Por eso tiene sentido mover la producción del Focus a México y utilizar en cambio las instalaciones de Michigan para autos de mayor lujo o dimensiones.

Vale la pena señalar, sin embargo, que las redes de fabricación de automóviles se extienden cada vez más por toda Norteamérica. Ningún vehículo se produce al 100 por ciento en un solo lugar.

Si realmente Trump cumple la amenaza de imponer un arancel de 35 por ciento a los vehículos fabricados en México, generaría problemas enormes para la producción de vehículos en toda Norteamérica.

Las mayores beneficiarias serían las empresas asiáticas o europeas. Si para contrarrestar esta situación Washington impone aranceles a todos los autos producidos fuera de Estados Unidos, los países afectados tomarían represalias e impondrían aranceles no sólo a los vehículos estadounidenses sino a muchos otros productos.

Veríamos, seguramente, una guerra comercial, como la que tuvo lugar en la década de 1930 y profundizó la Gran Depresión. Habría...

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