Sergio Sarmiento / Alejandra

AutorSergio Sarmiento

"La muerte, ese otro mar, esa otra flecha que nos libra del sol y de la luna y del amor".

Jorge Luis Borges

Cuando leí el nombre por primera vez no me percaté de quién se trataba. Alejandra Galeana Garavito. Uno de esos nombres de víctimas que se acumulan en las notas de policía. Una estadística más en un país en que los hombres piensan que la violencia contra las mujeres es natural.

Esta mujer de 30 años de edad, madre de dos niños, fue la primera víctima conocida de un asesino salvaje llamado José Luis Calva Zepeda, a quien los medios de comunicación han denominado el "caníbal" de la Guerrero. Su cuerpo descuartizado se encontró en el refrigerador de Calva. En una sartén había un pedazo de carne humana a medio cocer. Los medios identificaron a Alejandra como la "novia" del homicida, aunque la familia afirma que no tenía una relación amorosa con él.

La fotografía publicada en los periódicos me pareció familiar, pero no fue sino hasta que la madre llamó a mi oficina que nos dimos cuenta de que esa mujer había estado en "La Entrevista con Sarmiento" en diciembre de 2003. Una vez que empecé a recordarla, su imagen se hizo clara.

Alejandra era una mujer pequeña y dulce. Se había integrado a la Asociación de Padres de Familia Separados para tratar de recuperar a sus hijos, un niño y una niña, que entonces tenían siete y cinco años de edad. Éstos le habían sido arrebatados por el padre a través de "mañas y artimañas de abogados", como ella me dijo. La gran obsesión de Alejandra era recuperarlos.

Al contrario de otras madres que disputan la custodia de sus hijos, Alejandra reconocía la necesidad de que los niños vieran al padre. "Claro que sé que necesitan a su padre", me dijo angustiada. "Pero también me necesitan a mí".

Ella hablaba de la "horrible desesperación" de un caso en que primero el padre había secuestrado a los niños y luego el Estado, a través de un proceso judicial interminable e injusto, le impedía recuperarlos. La entrevista me dejó profundamente conmovido.

La segunda vez que encontré a Alejandra fue en febrero del 2005. Habían transcurrido más de dos años. La entrevisté nuevamente, pero en esta ocasión venía acompañada de su hija, quien ya vivía con ella. Su hijo permanecía aún bajo custodia del padre.

Alejandra habló de lo difícil que había sido recuperar a su hija y del esfuerzo de ambas para aprender a vivir juntas nuevamente. La niña "había olvidado lo que era convivir con su mamá. No se acordaba que su mamá le hacía de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR