Sergio Sarmiento/ Policía Auxiliar

AutorSergio Sarmiento

"La única manera de conservar el orden social es adaptar las instituciones a los hechos".

André Maurois

La de los policías auxiliares es una causa justa que, a fuerza de descuido, se ha vuelto injusta.

Este pasado lunes 11 de septiembre se registró lo que la mayoría de los medios de comunicación ha descrito como un violento enfrentamiento entre dos grupos de policías auxiliares del Distrito Federal.

La verdad -hasta donde es posible conocerla- fue otra completamente distinta. Unos 300 policías auxiliares se manifestaron ante las instalaciones de la Dirección de Recursos Humanos de la Policía Auxiliar en la colonia Guerrero y después entraron por la fuerza a las instalaciones. Los manifestantes atacaron con lujo de violencia al personal ahí adscrito. Es posible que algunos de los policías que resguardaban la instalación hayan respondido a la agresión, pero en términos generales se debe hablar de una agresión más que de un enfrentamiento.

Estos actos de violencia no tienen, por supuesto, justificación. En el momento de escribir estas notas hay tres personas que se reportan graves, si bien al parecer no están en peligro de perder la vida. La agresión, sin embargo, no significa que la causa de los manifestantes no haya sido justa.

La Policía Auxiliar del Distrito Federal ha vivido desde hace años en una peligrosa indefinición: no se sabe cabalmente si es una empresa privada o una corporación pública. Por una parte se trata de una institución cuyos miembros ofrecen un servicio de seguridad y que deben enfrentarse a peligrosos delincuentes, como ocurrió en agosto en el caso del asalto de la colonia San Pedro de los Pinos que quedó registrado en video. Por otra parte, la Policía Auxiliar cobra sus servicios a empresas privadas o individuos que la contratan.

Sin embargo, en lugar de que estos cobros hayan servido para darle a los policías auxiliares mejores salarios y prestaciones de trabajo, sus integrantes operan en condiciones verdaderamente lamentables, mientras que sus comandantes, como lo señaló recientemente el secretario de Seguridad Pública de la capital, Alejandro Gertz Manero, reciben un sueldo cuatro o cinco veces superior al del Presidente de la República.

El propio Gertz Manero fue quien denunció la irregular situación de la Policía Auxiliar y destituyó a los comandantes y al director, Francisco Ruiz Gamboa. La Contraloría del Distrito Federal llevó a cabo una investigación sobre los fondos de la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR