Sergio Sarmiento/ Generar riqueza

AutorSergio Sarmiento

"Dicen que hay en el mundo demasiadas bocas qué alimentar; olvidan que por cada boca hay dos brazos".

Joao de Castro

Si alguna vez se ha preguntado usted por qué México, a pesar de todas sus riquezas naturales y humanas, es un país pobre, la respuesta la encontrará en la actitud de nuestros políticos hacia la generación de riqueza.

Los políticos mexicanos se han empeñado siempre en impedir la creación de riqueza. Sienten, al parecer, una gran envidia ante los empresarios exitosos y así, con ánimo revolucionario, establecen leyes que limitan o impiden la inversión.

El resultado de sus acciones no ha sido, sin embargo, el logro de una mejor distribución del ingreso, sino el empobrecimiento generalizado del País y la preservación de una de las más inequitativas distribuciones de la riqueza en el mundo.

Si bien hoy parece haber en México una mayor conciencia teórica de la necesidad de generar inversión para construir riqueza, nuestros políticos siguen actuando en la práctica exactamente igual que siempre.

En estos días, por ejemplo, han celebrado varias reuniones (cuyos detalles han permanecido en secreto) para discutir cuáles serán los impuestos que nos cobrarán al resto de los mexicanos el año próximo.

Y como la idea de aplicar un mismo impuesto al valor agregado para todos los productos no ha prosperado por razones políticas, hoy se aprestan a arrancarnos recursos a través de impuestos especiales aplicados a dos de las pocas industrias que han aguantado los embates de la crisis económica: telefonía y refrescos.

El cobro de impuestos confiscatorios, como los que han propuesto algunos políticos para los refrescos y los servicios telefónicos, le generará al fisco un ingreso disminuido. Si se cobra un impuesto punitivo a un producto o servicio después de que éste ya paga impuestos generales muy altos, lo único que se consigue es castigar el consumo, por lo que se obtiene una recaudación relativamente baja. Pero el daño a las industrias seleccionadas sí es importante.

¿Cuál es el pecado de las empresas telefónicas y refresqueras? ¿Por qué han sido elegidas para el brutal castigo de un impuesto especial por encima de todos los demás gravámenes que ya deben pagar? Su pecado es haber tenido un éxito relativo en estos tiempos en que muchas otras industrias han sido orilladas, muchas veces por las mismas torpes políticas económicas de nuestro Gobierno, a situaciones que ponen en riesgo su propia supervivencia.

La industria refresquera tiene una de las...

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