Sergio Aguayo / Riña de compadres

AutorSergio Aguayo

El Gobierno mexicano le reclamó a Washington por el contenido del Informe 2014 del Departamento de Estado sobre la situación de los derechos humanos en el País. La explicación está en el viraje que está dándose en la política sobre el tema.

Desde 1977 el Departamento de Estado hace un informe anual sobre la situación de los derechos humanos en el mundo.

Usualmente pasa desapercibido el que se refiere a México; la semana pasada la Secretaría de Relaciones Exteriores respondió al de 2014 con un breve comunicado pidiendo cambios en las "mecánicas unilaterales de revisión", sin fundamentar lo que dice ni explicar lo que quiere.

Los informes de los tres últimos años son tan parecidos que el llamado resumen ejecutivo repite ideas y copia párrafos. Siempre dicen que la situación está mal, enumeran hechos y maquillan realidades incómodas. Lo demuestro.

Washington sufrió un ataque de amnesia selectiva al hablar de los migrantes que tuvieron la desgracia de atravesar México. A mediados del 2014 se desencadena el escándalo por la invasión de menores no acompañados a Estados Unidos. Para Barack Obama fue una "tragedia humanitaria" y para resolverla conversó con Enrique Peña Nieto en junio de 2014. Ignoramos lo que se dijeron, sabemos que desde entonces el programa mexicano Frontera Sur hace el trabajo sucio de Washington encarcelando y deportando a migrantes.

Emilio González González estudia el tema y me proporcionó unas inquietantes cifras recibidas del Instituto Nacional de Migración. En 2013, México deportó a 6 mil 651 guatemaltecos, hondureños y salvadoreños; en 2014, ya fueron ¡113 mil 583!, y cuando termine 2015 superarán los 150 mil.

Después de junio del 2014 el Departamento de Estado calla sobre los maltratos y extorsiones que padecen los migrantes de manos de delincuentes y autoridades mexicanas.

Dado que esta forma de manejar los temas incómodos es lo común en estos Informes anuales, sostengo que el reclamo mexicano responde, más bien, a un viraje de fondo en la política mexicana.

En algún momento del año en curso el peñanietismo se decidió a frenar o neutralizar las críticas y señalamientos del exterior. Y para demostrar que va en serio le levantó -un poquito- el tono de voz a Washington.

El momento más claro del viraje fue el agarrón que se dieron sobre la tortura -entre el 9 de marzo y el 5 de abril de este año- el Gobierno de México y Juan Méndez, relator especial de las Naciones Unidas.

México enfureció porque Méndez escribió que "la...

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