Sergio Aguayo Quezada / Dilema panista

AutorSergio Aguayo Quezada

El PAN preservó por medio siglo su esencia, pero fue incapaz de gestionar el poder y se impregnó del sistema de valores que había combatido y actualmente deambula como clon priista. Hoy existe evidencia empírica que permite entender mejor la génesis del principal dilema panista.

Hago una aclaración. No estoy acusando de corruptos a todos y cada uno de los panistas. Nada de eso. Escribo pensando en el drama de aquellos panistas que crecieron con un marco de valores sólido y que ahora ven con azoro la incapacidad de su partido para contener la corrupción que se pasea oronda, después de haber enfrentado y derrotado con serenidad, donaire y aplomo al vendaval de la alternancia. ¿Qué sucedió?, o para ser más preciso ¿cómo fue que sucedió?

La respuesta más fácil es levantar el dedo acusador y orientarlo hacia Guanajuato, en donde viven quienes mejor encarnan la "caída": Vicente Fox y Marta Sahagún. Es interesante ver que ése es uno de los puntos de consenso de buena parte de los entrevistados por Carmen Aristegui para su indispensable libro, Transición (Grijalbo, 2009). ¿Se justifica satanizar a la pareja que gobernó México o estamos ante otra manifestación de la legendaria mala leche del bilioso "círculo rojo"?

Jorge G. Castañeda se inclina por lo segundo. En su ensayo "Fox y los intelectuales" (Letras Libres, junio de 2008), considera que en su tratamiento de Fox la "intelligentsia [estuvo influida por] sus viejos prejuicios y privilegios" y que eso explica el destazamiento del gobierno de Marta y Vicente. ¡Por supuesto que hay algo de elitismo sangrón y defensa de canonjías! Sin embargo, Castañeda guarda silencio sobre un ingrediente central tras la ruptura.

Fox se vendió como un reformador socialdemócrata pero cuando entró a Los Pinos abandonó sus compromisos y se capituló, rindió, arrodilló, doblegó, etcétera, frente a los usos, costumbres e intereses del pasado. En su gobierno no hubo verdad ni justicia sobre las grandes violaciones a los derechos humanos; tampoco combatió la corrupción ni derrotó las desigualdades; y en su obsesión por frenar a Andrés Manuel López Obrador arruinó la equidad y confiabilidad de las elecciones que habían sido la base de su entendimiento con los intelectuales.

Estarían luego los cambios epidérmicos. Cuando la pareja estaba en campaña se presentaba como gente sencilla y campechana; al instalarse en Los Pinos sobrevino una metamorfosis que incluyó al lenguaje porque, para hacerse un lugar en el mundillo...

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