Sergio Aguayo Quezada / El Consejo del IFE: Más de lo mismo
| Autor | Sergio Aguayo Quezada |
Los partidos ignoraron críticas, sugerencias y peticiones. Socarrones, dejaron correr los días y los meses y terminaron eligiendo, al viejo estilo, al Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE). ¿Qué hacer frente a este nuevo desacato al espíritu democrático?
De acuerdo con la ley, antes del 31 de octubre dos terceras partes de los y las diputadas presentes en la Cámara de Diputados deberán elegir a un presidente y a ocho consejeros del IFE que lo dirigirán durante los próximos siete años. Como la norma no establece el método que debe seguirse, nuestros tribunos optaron por prácticas ya ensayadas. Las dirigencias de los principales partidos designaron a varios diputados para que armaran relaciones con posibles consejeros. Las relaciones se fueron llenando con sus preferidos, con las autonominaciones y con las sugerencias de quienes pueden circular por los corredores del poder. Los diputados a veces se comunicaron con los nominados, pero algunos de los más nombrados me confirmaron que ni siquiera les preguntaron si les interesaba el puesto dando por sentado que cualquier mortal aceptaría gustoso tan renombrado cargo.
Mientras los nombres fueron y vinieron las dirigencias partidistas exploraron la posibilidad de una renovación parcial del IFE después de que el actual presidente del instituto sugirió que se aprovechara la experiencia de los que ahora terminan. Vinieron los conciliábulos y las declaraciones opinando a favor o en contra del relevo por etapas. De manera inevitable, las candidaturas se orearon en la plaza pública y a través de ese resquicio llegaron los apoyos o los rechazos usualmente cargados de superficiales generalidades.
Pese al manoseo mediático, el proceso ha sido cerrado. Nunca, en ningún momento, los partidos consideraron sensato fundamentar los motivos por los que se les proponía o descartaba. Parecía un elenco de seres sin voluntad ni proyecto. Los nominados guardaron un discreto silencio por consideraciones estratégicas o para evitar, en la medida de lo posible, la desagradable experiencia de ser sometidos a una crítica en ocasiones mal intencionada. Las pocas explicaciones vinieron de los que consideraron prudente excluirse de la contienda. Y al llegar al final nos enteramos que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) propondrá a cuatro (uno de ellos el presidente), el Partido Acción Nacional (PAN) a tres y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) a dos y entre ellos se reservan el derecho de...
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