Sergio Aguayo / El oscurantismo

AutorSergio Aguayo

En las elecciones de Estados Unidos se aprecian los costos asociados con el oscurantismo (lo más evidente, aunque no es lo único, está en el rechazo del Presidente al uso de la mascarilla). Es pertinente, por tanto, reflexionar sobre el papel del conocimiento en México.

Estaban los senadores de Morena votando para eliminar los fideicomisos, cuando surgió el grito retador (y revelador) de la senadora de Morena, Lucía Trasviña (BCS): "a favor, cabrones". La provocación era innecesaria, porque se aprobó la moción con 64 votos a favor y 39 en contra.

La senadora Trasviña reaccionó a las críticas recibidas con un boletín en el cual se entrevista a sí misma. En papel membretado con su nombre informó solemne, que se "buscó a la legisladora morenista [osea ella misma] para que nos diera su opinión" sobre la utilización del término.

Para la senadora, la palabra "cabrones" no es "altisonante y [mucho] menos grosera. Es una forma coloquial de referirnos a la existencia y a la astucia dentro de muchas acepciones". Aprovechó el momento para lanzarse un poquito de incienso y mirra: en "Morena -presumió- somos honestos y transparentes con el lenguaje". Y eso los distingue de las "expresiones cultas y rimbombantes de los intelectuales orgánicos" que fueron "cómplices de la corrupción sin precedentes en la última década".

En las universidades sí hay casos de corrupción y la prueba está en la Estafa Maestra. Se justifica una buena limpieza. Sin embargo, las frases de la senadora Trasviña carecen de rigor y consistencia: generaliza sin demostrar. Eso me lleva al papel de la ciencia en México.

Durante muchas décadas el Estado mexicano financió a la ciencia y a la cultura, aunque salvo excepciones, la mayoría de los gobernantes recurrían a ellas muy poco. México se transforma y ahora sabemos que una fracción de la 4T está dispuesta a quitarse la máscara y publicitar su menosprecio.

Es una postura llamativa, porque en el planeta se libra otro capítulo del viejísimo combate entre la irracionalidad y el conocimiento. En el siglo XIX, Hegel sintetizó el asunto en un famoso y brevísimo enunciado: lo "real es lo racional". El filosofo argumentaba que la legitimidad de la acción pública ya no dependía de los reyes y su derecho divino, sino de la racionalidad científica. México confirma la actualidad de esa frase.

La comunidad científica tiene la obligación de defender al conocimiento como pilar del buen gobierno y de una sociedad democrática. Una...

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