Sergio Aguayo / La mina

AutorSergio Aguayo

En México, es riesgoso defender los recursos naturales. 82 ambientalistas han sido asesinados en este sexenio (Cemda, 2022) y son habituales las amenazas e intimidaciones.

Hace medio siglo, el estado de Morelos entregó una concesión para explotar en Jiutepec un cerro de tezontle muy cerca del centro de la ciudad. Se acabaron el cerro y siguieron escarbando; cuando se acabó el tezontle lo convirtieron en un basurero a cielo abierto. Cobraban para permitir el ingreso de los camiones o vehículos cargados de cascajo, basura y químicos peligrosos al socavón de nueve hectáreas y 60 metros de profundidad. Algunos vecinos de la zona también aventaban sus desechos al hoyo.

El pasado 1o. de abril empezó a incendiarse el basurero, que todavía ahora sigue lanzando emisiones del cancerígeno TVOC o del nocivo dióxido de carbono. El máximo permitido de este último oscila entre 400 y 800 CO2 ppm por día, pero el promedio ha sido de 1,700 CO2 ppm. Visité la mina el 16 de junio por la tarde-noche e inmediatamente sentí el penetrante olor de la mugre rancia que penetra en nariz, garganta y cabeza y genera náuseas. Ese día las emisiones fueron de 3,921 CO2 ppm.

Los vecinos estiman en 60 mil el número de personas afectadas, algunas de las cuales empezaron a protestar y a exigir el control de la humareda y la inmediata clausura del basurero. Otros optaron por expresar en privado su preocupación. ¡Hasta las Fuerzas Armadas pidieron discretamente la intervención de Protección Civil porque en las inmediaciones de la mina está la Casa Hogar para Militares Retirados del ISSFAM!

Los gobiernos del estado y el municipio (ambos de Morena) son responsables de controlar el incendio y han tomado algunas medidas, pero se han negado a hacer un estudio integral sobre los daños a la salud, al aire y al agua. La Secretaría de Salud y el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua se negaron a evaluar los daños. La Comisión Estatal de Derechos Humanos, la Propaem y la Profepa sí han atendido a los vecinos. De los seis o siete propietarios, solo uno ha contribuido a solucionar el problema.

La ausencia de información confiable alimenta las recriminaciones y los rumores y crea las condiciones para que aparezca la violencia. En Morelos el crimen organizado tiene un fuerte arraigo, goza de protección y ha encontrado, en los recursos naturales, una fuente de ingresos fáciles. Los vecinos están dispuestos a defender sus derechos, pero temen por su...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR