Sergio Aguayo / Los bultos

AutorSergio Aguayo

Es imperativo, urgente y necesario dirigir la mirada a los organismos públicos federales que tutelan derechos. Su reacción en el caso de los periodistas y defensores espiados me permitirá hacer una diferenciación con la cual propongo una agenda.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) reaccionó como debía. A los dos días de la noticia sacó un pronunciamiento a la altura del problema. Por reunirse los "requisitos de riesgo, urgencia e irreparabilidad del daño", dictó medidas cautelares y anunció una investigación exhaustiva. Sigue demostrando estar decidida a remontar la mediocridad de los 15 años que fueron presidentes José Luis Soberanes y Raúl Plascencia.

El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) confirmó su vocación de emular al Instituto Nacional Electoral, el mejor ejemplo de un bulto burocrático. Se tardó una semana en sacar un boletín anunciando que investigará el asunto.

Antes de ese boletín, el comisionado presidente, Francisco Javier Acuña Llamas, evitó el compromiso. Arropándose en el espíritu de Cantinflas y Tin Tan, declaró al Economista que "será difícil, como autoridad, tomar decisiones" y que la institución a su cargo debía ser "juiciosa y cautelosa al momento de emitir consideraciones sobre este tema". Prefirió ignorar el boletín difundido con anterioridad por los diez integrantes del Consejo Consultivo del INAI: es "atribución del INAI vigilar y verificar (...) garantiza(r) la protección de los datos personales de las y los mexicanos".

El INAI debe frenar su proclividad a la mediocridad. Es un crimen que tire al basurero de la historia el anhelo de transparencia pública. Un transitorio del pliego petitorio del Movimiento del 68 ya exigía un diálogo público entre autoridades y estudiantes y poco después de que la alternancia llegara a Los Pinos, se unieron 19 organismos públicos y 37 medios impresos para aprobar, en 2001, la Declaración de Oaxaca que condujo, un año después, a que el Congreso aprobara por ¡unanimidad! la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental.

Con Juan Pablo Guerrero, María Marván y Jacqueline Peschard, entre otros, el IFAI (predecesor del INAI) tuvo un muy buen arranque. Al correr de los años se fue convirtiendo en testigo inerte y mudo de la opacidad. Haciendo un uso mañoso de la protección de datos personales ha sido cómplice del cierre de los archivos de las policías...

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