Entrevista/ Sergio Aguayo Quezada/ Bienvenida al pasado

AutorFernando del Collado

Ni olvido ni recapitulación. Abrir el pasado es, para el analista político Sergio Aguayo Quezada, "la puerta indispensable para escudriñar las heridas del viejo régimen, bien para la reconciliación, bien para intentar obtener algo de justicia, además de la verdad".

No hay retorno. "De otra manera estaríamos condenados a no reconocer la patología de la violencia que no está erradicada en el país. Por el contrario, los métodos que se usaron en los años sesenta y setenta, todavía siguen aplicándose", advierte el investigador de El Colegio de México.

De ahí que este impulsor de la defensa de los derechos humanos celebre la inminente apertura de la documentación sobre movimientos sociales y políticos del pasado.

Una prueba de fuego que templa la voluntad política de los grupos políticos considerados de presión por abrir su pasado más reciente: "El riesgo principal lo están corriendo las policías políticas, los servicios de inteligencia, el aparato de seguridad, porque esos archivos son una constancia documental de los excesos que cometieron para mantenerse en el poder. Es un himno a la impunidad lo que aparece reflejado en esas páginas", apostilla.

¿Y el Ejército? Aunque el investigador le reconoce a esa institución la voluntad para sumarse a la nueva "cultura de la transparencia", su posible respuesta sigue siendo una incógnita: "nadie sabe hasta dónde van a llegar y cuáles son sus límites, porque, como todas las otras fuerzas, irán reaccionando al momento y a la gravedad de la documentación que se va haciendo pública".

Una zozobra que se extiende hacia el gobierno en turno, pues para el autor de 1968: los archivos de la violencia es una "incógnita" la actitud y la respuesta del gobierno frente a la presión de los grupos en escrutinio: "El gobierno ha tenido que ir haciendo concesiones, pero sin tomar de manera explícita una distinción de fondo, ni mucho menos han logrando un acuerdo político macro en torno a este tema", señala.

Con todo, el reto que implica la apertura del pasado reciente es la señal más visible que tiene el país para transitar, modular y transformar el ejercicio político y acabar por empujar la transición democrática. Una revolución, dice, que ya estamos viviendo:

-¿Cuáles serían los costos políticos de abrir ese pasado en un periodo de transición como el que estamos viviendo?

-El caso de México es un tanto especial, porque ha habido presiones muy fuertes a favor y en contra de que se abran los archivos. Y el gobierno ha...

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