Sergio Aguayo / ¡Atrévanse!

AutorSergio Aguayo

Hace unas semanas el INE dio muestras de fortaleza prohibiendo la sobrerrepresentación y sancionando a los candidatos que no presentaron gastos de precampaña. Si quiere seguir combatiendo la raíz de los problemas que aquejan a nuestra democracia, debe segar una fuente de corrupción electoral y cancelar el registro del Partido Verde Ecologista de México (Verde).

En nuestro país existe una tolerancia absurda a la corrupción en la vida pública; la asumimos como normal e inevitable. La historia del Partido Verde lo confirma. En 1986, cuando se crea dentro del PRI la Corriente Democrática encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo; Jorge González Torres funda el Partido Verde que luego heredará a su hijo Jorge Emilio, también conocido como el Niño Verde y quien fuera protagonista de escándalos tan sonados como pedir dos millones de dólares para otorgar una licencia de construcción.

El Verde es un ente extraño porque ni es ecologista ni es verde ni es partido. Es un pequeño grupo de personas que han utilizado el registro para recibir millonadas en prerrogativas, entrarle con entusiasmo a la especulación inmobiliaria y tejer alianzas con los principales partidos. Es notable su mimetismo, el Verde ha apoyado en diferentes momentos las candidaturas a la Presidencia de Vicente Fox (PAN), Enrique Peña Nieto y José Antonio Meade (PRI), así como al partido de Andrés Manuel López Obrador (Morena).

Durante la primera década de este siglo dediqué tiempo y esfuerzos a denunciar las trapacerías del Verde, supuse que las autoridades electorales aceptarían la evidencia para eliminar una anomalía que erosionaba la vida democrática. En el 2009, por ejemplo, Alfredo Figueroa, Denise Dresser, Eduardo Huchim, Martha Tagle y muchos más, presentamos una queja formal ante el Consejo General del IFE; en ella demostramos que una parte importante de la propaganda electoral verde estaba montada sobre afirmaciones engañosas que violentaban el derecho ciudadano a una información veraz y confiable. Pedíamos la cancelación de su registro.

No pasó nada. La autoridad electoral se contentó con imponerles multas ridículas. Mientras alegaban que la ciudadanía tenía la prerrogativa de quitarles o concederles el registro en las urnas, se olvidaron de que la ciudadanía decidiría su voto con base en información falsa. En el trasfondo estaba un hecho: entre el 2003 y el 2019 el IFE-INE estuvo sometido a los partidos que protegían al Verde.

Una de las...

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