Sensualidad en movimiento

AutorAntonio Saborit

Es por lo menos curioso que en noviembre del 2011 dos de las casas de remates más célebres del mundo, como son Sotheby's y Christie's, ofrecieran varias pieza del fotógrafo checo Frantisek Drtikol (1883-1961). Entre ellas un estudio de desnudo, realizado al final de los novecientos veinte, cuya prédica corre a cargo de la bailarina Eva Küpferova.

La carrera de Drtikol dio inicio a la sombra de su gusto por el simbolismo y la pintura, mientras realizaba sus primeros retratos y paisajes urbanos. Llama la atención que su lente lograra mostrar una esquiva Praga mágica, a la manera en la que por el mismo tiempo el fotógrafo Manuel Ramos recreó los grandes y pequeños patios de la más inusitada Ciudad de México.

En breve, Drtikol se dejó obsesionar por la danza y la desnudez femenina. Con la colaboración de la bailarina Olga Vladimirovna Gzovska, una de sus primeros modelos, en 1912 realizó una serie de imágenes caracterizada como Salomé. (Gzovska posó asimismo para el escultor checo Josef Maratka, 10 años mayor que Drtikol y muerto en 1937, y de este acuerdo circula por ahí varios bronces, uno de ellos titulado Intoxicación).

Dos años después de la serie de Salomé, según apunta Carl Eric Toepfer en Empire of Ecstasy. Nudity and Movement in German Body Culture 1910-1935, Drtikol empezó a trabajar de manera aún más sistemática con la ya mencionada Eva Küpferova, bailarina de la compañía del Teatro Nacional, y a la sazón directora de una escuela de euritmia, esto es, de un novísimo espacio docente que seguía el método diseñado por Émile Jacques-Dalcorze para la enseñanza y experimentación de la música a través del movimiento. Drtikol casó con Küpferova al año siguiente del final de la Gran Guerra y en cuya compañía consolidó la nombradía de su estudio fotográfico y se convirtió muy rápidamente en uno de los retratistas más buscados de la nueva República de Checoslovaquia. A su estudio, sito en la calle de Vodickova, llamaron figuras tan relevantes como Leos Janácek, Bohuslav Martinu, Alfons Mucha y Josef Suk.

En un principio, Drtikol usó la plasticidad, altura y belleza de Küpferova para ensayar otras imágenes de la misma bailarina que representó la Gzovska en su pantomima de Salomé. A nadie debió llamar...

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