Hay seis quejas por detenciones arbitrarias en el operativo

APATZINGÁN, Mich., enero 10 (EL UNIVERSAL).- José Matías Manuel tiene 62 años y desde hace 35 atiende la taquería “La última cena” sobre la calle Esteban Vaca Calderón, a un costado de la alcaldía de Apatzingán; hoy, junto con su hijo Rodolfo Matías Gaytán, de 21 años, está preso en el Cefereso 4 Noroeste, en Nayarit, acusado por delincuencia y portación de armas tras el operativo en el que soldados y policías federales desalojaron el palacio municipal.

Ese día su hija Alejandra también lo ayudó en el trabajo y relata cómo, sin ningún argumento, después del tiroteo en la presidencia municipal, los federales se llevaron a sus familiares.

“Estábamos trabajando y cerramos tarde, después fuimos a comprar juguetes a un local que todavía estaba abierto; de pronto llegaron los federales y nos dijeron que nos tiráramos al suelo y empezaron a disparar a la presidencia”, comentó.

La madrugada del 6 de enero los comercios del centro de Apatzingán abrieron por ser Día de Reyes; es común —explican los habitantes de esta ciudad— que mucha gente vaya a esas horas a comprar juguetes.

Alejandra prosigue con su relato: “Eran como las 2:30 o las tres de la mañana y nos tiramos al suelo; como pudimos nos refugiamos en el local”.

Según su versión, al terminar el tiroteo los federales entraron en la juguetería para separar a las mujeres de los hombres y sacar a éstos a la calle.

“Después se llevaron a varios, entre ellos a mi hermano y a mi papá”, dice aún sin saber cómo tiene que proceder para defenderlos legalmente, pues ninguna autoridad le ha dado información ni a ella ni a su familia.

Adrián Hernández Hernández es otro de los hombres que se llevaron los federales esa madrugada; su hermana, su padre y su cuñado aseguran que también lo sacaron de la juguetería y no supieron de él hasta que pudo enviarles un mensaje a través de la familia de otro de los detenidos.

“Me di cuenta hasta que vi su camioneta en el corralón, anduve informándome en la policía, en la Procuraduría, en la PGR, en el hospital, pero en ningún lado me dieron razón; luego, en la policía me enseñaron una lista con los nombres de los detenidos pero no estaba él, después me dijeron que se los llevaron a Morelia y entonces fui para allá, pero ya se los habían llevado a Nayarit”, señala el padre de Hernández, quien también atiende una taquería sobre la calle Constitución, a la vuelta del edificio del ayuntamiento.

Desde el 6 de enero a la fecha, la oficina de la Comisión Estatal de Derechos...

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