Voces/ Segundas nupcias (II)

AutorIgnacio Díaz de León

En nuestros pueblos, casarse por segunda vez sólo por lo civil, después de un matrimonio sacramental válido, es como renunciar o romper con Dios.

"Cada fracaso conyugal es una historia, una dolorosa historia. Las responsabilidades también son diferentes éste se deja arrastrar por una pasión egoísta; aquel, abandonado, intenta reconstruir un hogar para sus hijos; otro se ha casado con una gran inmadurez; el de más allá ha sufrido presiones fuertes de sus familiares. ¿Cómo, se preguntan los obispos franceses, juzgar al culpable y a la víctima?". (Comunidades Cristianas y Divorciados vueltos a casar, Comisión Episcopal de la Familia, Francia, 1974).

Y más adelante, en el mismo documento añade: "La ruptura de una pareja es siempre un mal; un segundo matrimonio estará en contradicción formal contra la alianza de la primera y siempre única unión. Esto es evidente; nadie puede llamar bueno lo que es malo. Pero también es evidente que nadie puede juzgar la intimidad de las conciencias, ni conocer su real culpabilidad sino Dios. Sólo El conoce verdaderamente sus dudas, sus luchas, su debilidad o su indolencia, sus ilusiones ingenuas o su buena fe, quizás".

La Decisión de Fox

Como todos sabemos, hace algunas semanas el Presidente de México decidió casarse nuevamente. Ahondemos un poco en el pozo de sus respecto de su matrimonio. Podemos estar seguros de que lo pensó mucho, de que perdió el sueño dándole vueltas a este espinosísimo asunto, y que en un momento, su decisión fue muy parecida a la de Sofía (ver REFORMA 14 julio 2001, 5C).

Debió, con toda seguridad, pensar: "Es cierto, soy católico; lo he demostrado ante los mexicanos en muchas ocasiones; soy jefe de estado de un País mayoritariamente católico; si me caso sólo por lo civil mucha gente se va a escandalizar; otros se van a incomodar con otra incoherencia mía; habrá muchos que sí van a estar de acuerdo, y otros miles a los que no les va a importar un comino. ¿Qué pensará y qué dirá mi madre, católica, española?

"Estoy divorciado, y Martha también es divorciada; no hemos tramitado y conseguido la sentencia de anulación de nuestros respectivos matrimonios anteriores. ¿Las conseguiremos en el Vaticano?

"Si nos casamos sólo por lo civil ya no podré comulgar ni confesarme, porque entro, entramos, en 'situación irregular'.

"Pero, por otra parte, estamos enamorados. Ella se ha portado muy bien conmigo desde antes de lanzarme a la campaña electoral, e independientemente la quiero. Casarme con ella...

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