Seguir en las aulas es su batalla diaria (I)

Terminar la secundaria no es nada sencillo para jóvenes de familias en sectores conflictivos. En Nuevo León, este fin de ciclo escolar, 3 mil 066 adolescentes que entraron hace tres años a secundaria no recibirán su certificado. Desertaron.

Éstas son historias de chavos que tienen casi todo en su contra, y aun así, continúan en las aulas gracias a instituciones de apoyo y la ayuda de sus familias. Algunos luchan contra la falta de recursos economicos; otros contra su propia mala conducta, herencia de una relación familiar conflictiva; todos sobreviven en un sector donde abundan el pandillerismo y la violencia.

En busca de rumbo

Cometió robos en un mercado para comprarse ropa. Solía llegar tarde a casa y llegó a juntarse con amigos que consumían droga. Freddy, de 14 años, hoy trabaja por estabilizar su vida y, algún día, estudiar computación.

"Por lo que me trajeron aquí fue por eso, porque llegaba y me decían que andaba drogado", cuenta el adolescente, quien viste playera y pantalones holgados, luego de su sesión en el Centro de Atención Psicosocial del Estado, en el Barrio Antiguo.

Freddy llegó a este lugar en noviembre luego de que los profesores le recomendaran a su mamá pedir ayuda. El chico tenía problemas de mala conducta en la escuela, bajas calificaciones y una muy mala relación con sus maestros.

"Él ya no quería seguir estudiando, quería trabajar en lo que fuera, sostenerse por él mismo, ir sólo a fiestas y llegar a su casa a la hora que él quisiera", relata la psicóloga que atiende su caso.

Pero la mayor preocupación de su mamá era la probabilidad de que Freddy, el tercero de cuatro hijos y cuyos padres están separados, cayera, impulsado por "malas compañías", en el pandillerismo. Su casa se ubica en Valle de San Roque o Fomerrey 3, un barrio de alta problemática social en Guadalupe.

Por su comportamiento y problemas en la escuela, Freddy fue expulsado. Su madre pidió orientación y logró que fuera aceptado en otro plantel, en el que ahora continúa su segundo grado de secundaria.

Con apoyo de sesiones profesionales, el chico ha tenido importantes cambios, como una mejor comunicación con su familia, asegura su psicóloga.

Hoy quiere estudiar computación y ha tomado conciencia de los riesgos del consumo de sustancias tóxicas o de integrarse a una banda delictiva.

Ya quiere trabajar 'en lo que sea'

En el expediente escolar de Osvaldo, de 15 años, hay bajas calificaciones, inasistencia a clases... y violencia.

Desde pequeño fue testigo...

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