Un secuestrador elegante

AutorLuis Alegre

Marcos Tinoco Gancedo vivía una doble vida. Como jefe de otra banda sanguinaria de secuestradores, pudo colarse en la sociedad de Las Lomas, de Tecamachalco y de Polanco. Muy elegante, convivía con ellos y los estudiaba para secuestrarlos.

Ex alumno de Derecho de la Universidad Iberoamericana y de la UNAM, "El Coronel" secuestró en 15 meses a 11 personas; 10 eran miembros de la comunidad judía.

Los rescates iban, según sus palabras, de los 400 mil pesos a los 3 millones.

En una grabación difundida por la Policía Federal Preventiva, Tinoco se describe fríamente como un hombre trabajador, deportista -cinta negra y paracaidista- y sano: no fuma, ni bebe, ni se droga. Pero no niega su oficio: "Soy hampón. Secuestro".

Bien parecido, "El Coronel" usaba varios nombres y diferentes identidades. Podía ser Renato Reta o Carlos Farell.

Su pareja, una rica viuda, le sirvió de medio para ingresar a los altos círculos sociales.

Frío, calculador y metódico, el plagiario se tomaba la molestia de no usar malas palabras para advertir a los familiares sobre las condiciones de los rescates...

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