Reportaje/ Secuelas de guerra en los Balcanes

AutorInder Bugarin

Bélgica

BELGICA.- A las cenizas de la guerra, se añade una faceta dolorosa que no sólo involucra al hombre, sino al conjunto de los seres vivos. En los conflictos armados de Iraq, Bosnia y Kosovo, la cicatriz hecha por Occidente en el campo de batalla promete ser devastadora y perdurar por varias generaciones.

Bajo el paraguas de la operación Tormenta del Desierto, la Fuerza Armada de Estados Unidos utilizó municiones con uranio empobrecido para elevar la capacidad de penetración de sus misiles contra las paredes de hormigón y blindajes que resguardaban a las fuerzas militares de Bagdad.

En total, según datos manejados por la organización ecologista Greenpeace, cerca de 950 mil misiles, unas 300 toneladas de uranio empobrecido, fueron lanzados sobre el desierto de Iraq en 1991. Al llegar el desenlace de las hostilidades, con la capitulación de Saddam Hussein, Washington destacó el éxito de sus misiles, al tiempo que trató de ocultar las secuelas sanitarias de su triunfo.

Pero al cabo de unos meses, ecologistas y pacifistas comenzaron a denunciar la relación entre la contaminación causada por el uranio empobrecido en el aire, la tierra y las aguas de la zona, y la aparición de un número anormal de casos de malformaciones genéticas, leucemias y cánceres, entre otras enfermedades.

De la misma forma, se detectó una misteriosa enfermedad entre los veteranos estadounidenses y británicos que estuvieron en funciones durante la guerra, y que fue bautizada como el "Síndrome de la Guerra del Golfo". Pero a pesar de la alerta, y del malestar que causó en la comunidad internacional, especialmente en los foros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el uso de este material, las potencias del Atlántico repitieron el mismo antídoto contra sus enemigos en la guerra de los Balcanes.

Durante los veranos de 1994 y 1995, aproximadamente 10 mil misiles con uranio fueron utilizados contra los serbios en Bosnia por la aviación aliada, comandada por Estados Unidos y el Reino Unido.

Poco después, en el conflicto de Kosovo de 1999, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) lanzó contra el Ejército serbio y diversos puestos de comunicación 31 mil proyectiles provistos cada uno con 300 gramos de uranio empobrecido, de acuerdo con un texto enviado a la ONU por el secretario General de la Alianza Atlántica, George Robertson en marzo del año pasado.

Ahora, tras la divulgación esta semana de la muerte por...

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