El secreto del dulce

Redacción / Reforma

El amor por conservar las tradiciones mexicanas, es el principal deseo de Olga Torres al elaborar dulces de calidad y guardar celosamente el secreto de los ingredientes y la manera de prepararlos.

Trompadas, palanquetas de nuez y de coco, mermeladas, chiclosos, lágrimas, jalea de frutas, ate relleno, pastas de almendra, tamarindos, mazapanes y hasta rompope, son algunos de los dulces típicos de la dulcería El Secreto.

"En un principio, la tradición del dulce en México era totalmente casera, todo se cocinaba para su consumo interno", comenta Torres.

Hasta 1940 se empezaron a industrializar algunos dulces y, con esta comercialización, se perdió el proceso, el sabor y la textura originales.

Es justamente esto lo que Olga Torres quiere rescatar de lo que aprendió en la hacienda de su familia: el gusto y el amor por los ingredientes, así como el proceso original para hacer un buen dulce.

"No existe un recetario de mi abuela, ni una lista de ingredientes, todo lo traigo en la mente y lo aprendí de la casa de mi familia", recuerda la fundadora que hace cinco años inició la dulcería con el fin de dar a conocer el dulce mexicano sin conservadores, ni féculas.

Torres recuerda a sus tías preparando golosinas en una cocina especial para postres en la hacienda de Zacatecas. Ollas, cucharones, hornos y palas de madera, estaban separados de la cocina para la comida del diario.

Orgullosa de su pasado, dice que no podía haber una comida completa sin un postre, tradición perdida en los hogares mexicanos.

Al menos unas guayabas en almíbar -comenta con alegría-, pero siempre había postre.

Los ingredientes utilizados son los cacahuates, nuez, ajonjolí, macadamia y coco rallado, seleccionados para dar frescura y una diferencia con los dulces comerciales.

Otro de los elementos básicos es el amaranto, semilla que combinada con miel, resulta uno de los dulces más conocidos y tradicionales de la cultura mexicana.

Con el tiempo, la experiencia y la imaginación, Olga Torres ha experimentado con los ingredientes y combina el amaranto con el chocolate de molienda.

Otro pionero de los dulces es el ate, que se comenzó a elaborar con el fin de conservar la fruta de una manera fácil, antes de haber refrigeradores, y que bien elaborado puede durar hasta cinco años.

En El Secreto se vende el ate relleno, variación del original, y se puede hacer de cajeta o guayaba.

La macadamia es fácilmente conseguible en Michoacán y se utiliza para palanquetas con la...

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