Saque de Banda/ Los primeros 90 minutos

AutorGerardo Gutiérrez

"La llave del éxito depende sólo de lo que podamos hacer de la mejor manera posible".- H. Longfellow

Con dos jugadores menos, pese al 1-1, el juego "de ida" Atlas-Guadalajara deja la conclusión siguiente: fue mucho Atlas para tan poco Chivas. El 1-1 habla de un partido como se explica con un marcador así todo Clásico, es decir, duelo cerrado, parejo, de forcejeo, sin escatimar esfuerzo.

Pero en la cancha, en este primer partido de Cuartos de Final, los Rojinegros dejaron una seria advertencia a las Chivas; representaron una seria amenaza.

El juego del domingo pasado acabó siendo un partido entre el sacrificio atlista y la falta de idea, de creatividad e inoperancia ofensiva del chiverío.

Y cómo estarían las cosas que en el papel, para el que no vio el partido, pero se lo platican, el Atlas pudo haber sido el equipo afortunado con el empate dadas las circunstancias de jugar 35 minutos 9 vs. 11 más las que ya arrastra, como el ajetreo intenso de Libertadores. Pero para quienes vimos el partido, la realidad es otra, el afortunado es el equipo del Guadalajara por las condiciones y el momento en que consigue el gol.

Las Chivas deben estar muy conscientes de lo que les va a representar el domingo el Atlas empezando otra vez completo, bueno sin Juan Pablo Rodríguez, pero al menos 11 vs. 11.

No es nueva la falta de un hombre gol en las Chivas, pues no lo tuvo en todo el torneo, el éxito del equipo de Ferreti fue su conjunto, pero en su juego del domingo pasado imperó el desorden, no hubo coordinación ni entendimiento, tuvo la posesión en el segundo tiempo y no sabía qué hacer. Tienen tarea las Chivas, aunque ahora saben que el empate en el juego "de vuelta" les representaría el pase a las Semifinales por su mejor posición al término de la fase regular del torneo.

Aunque también ese primer juego de esta Liguilla pasado por agua y disputado en sus últimos 25 minutos con menos luz, debe dejar una enseñanza para el Atlas.

Y es que a pesar de la juventud que sigue siendo estandarte en el Atlas, su experiencia en las últimas Liguillas lo obliga a poner una limitante al ímpetu, un cerco al desenfreno o arrebato, a medir las consecuencias de lo que representa un error en estos partidos que no cuestan puntos, sino un pase.

Lo de Juan Pablo fue un acierto y error al mismo tiempo, era un gol que aunque al fin gol, no podía ser tan disfrutado con el empaño de una expulsión por burlarse del portero contrario al estar ya amonestado. Como quien dice, fue un...

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