Santuario revela secretos de Chichén Itzá

CIUDAD DE MÉXICO, marzo 5 (EL UNIVERSAL).- En 1966, Eleuterio, Mariano, Esteban Mazón, Ermilio, Jacinto y Pascual Un Noh, ejidatarios de San Felipe, cerca de Chichén Itzá, descubrieron un santuario subterráneo que tenía material arqueológico. Entonces, el arqueólogo Víctor Segovia Pinto visitó el sitio conocido como Balamkú (dios jaguar) y realizó un reporte.

Sin embargo, Segovia Pinto dio instrucciones de que el lugar fuera tapiado. Más de 50 años después, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) a través del proyecto Gran Acuífero Maya (GAM), encabezado por el arqueólogo Guillermo de Anda, abrió de nueva cuenta Balamkú, sitio que por vez primera es objeto de exploración e investigación.

En la Zona Arqueológica de Chichén Itzá está la pirámide de Kukulkán, mejor conocida como "El Castillo", edificación que al sur tiene el cenote Xtoloc; al norte al cenote Sagrado; al oeste a Holtún, y al este el cenote Xkanjuyum. El santuario subterráneo Balamkú se encuentra al este de El Castillo, "relativamente cerca de Xkanjuyum", a 2.75 kilómetros, y ahí han sido encontrados artefactos arqueológicos, en su mayoría incensarios "tipo Tláloc" y vasijas que todavía conservan restos carbonizados, alimentos, semillas, jade, conchas y huesos, entre otros elementos que los antiguos mayas ofrendaron a sus dioses, y que se cree podrían corresponder al Clásico Tardío (700-800 d.C.) y Clásico Terminal (800-1000 d.C.).

"Balamkú está aproximadamente a 24 metros debajo de la tierra. Antes se hablaba de una invasión tolteca, idea que ha sido totalmente desechada para Chichén Itzá, más bien, lo que parece haber habido fue una influencia del centro de México hacia Chichén en una época determinada; sin embargo, no hay un estudio que nos hable de un material importado del centro, por lo que los materiales de los objetos y sus contenidos encontrados ayudarán a establecer una cronología, porque pareciera que pudiera haber una fecha mucho más temprana en función de los incensarios, lo cual echaría por el suelo la supuesta invasión tolteca o del centro de México hacia Chichén Itzá. Es decir, esto podría ayudar a reescribir la historia en Chichén", explicó el arqueólogo Guillermo de Anda, titular del proyecto Gran Acuífero Maya.

El especialista indicó que "no hay mejor lugar" para preservar cerámica e incluso materiales orgánicos que una cueva ?sobre todo de una que no ha sido alterada?, por lo que dice que su hipótesis, así como la de otros investigadores...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR