Hay Santos para todos

AutorVicente Guerrero

¿Por qué hay tantos devotos para San Judas Tadeo Apóstol? Para conocer la respuesta, tal vez sería prudente acercarse a la comunidad parroquial de la Colonia Tres Caminos, en Ciudad Guadalupe.

Ahí, la figura del último de los apóstoles de Jesús, a quien se le conoce por ser el intercesor de las causas difíciles, el que a muchos "consigue" trabajo o soluciona una causa difícil, es referencia obligada para pedir un favor.

"Aunque las peticiones son personales, los devotos acuden aquí para solicitar la sanación para un familiar o tener trabajo", explica el Pbro. Rolando Vázquez Cárdenas, vicario parroquial del templo guadalupense.

Otra muestra de la gran devoción a este santo es que las bancas del templo se llenan cada domingo, como en otros templos, pero los fieles no se van del lugar, sin antes persignarse ante su nicho, tanto en su fiesta patronal como hoy, Día de Todos los Santos.

En otro extremo del área metropolitana, la devoción a otro santo, éste más contemporáneo, San Josemaría Escrivá, también cuenta con seguidores, pero las muestras de piedad son distintas, al menos para Rogelio de la Garza.

"Me ha conseguido muchos favores, siempre que tenemos un apuro de salud o económico, acudo a una estampita que tenemos y esa oración es especial para resolver un problema, y lo hace, cuando Dios quiere, porque los santos no tienen poder", señala el vecino de la Colonia del Valle.

Este hombre de 80 años estuvo muy grave hace ocho años como efecto de una afección cardiaca; con cuatro "by pass", y problemas en el hígado y los riñones, además de una neumonía, el médico que lo atendía estuvo a punto de decir que ya no tenía salvación.

"Mi esposa Irma le rezó al Padre Josemaría y al día siguiente amanecí mejor", afirma, "por eso siempre le hemos tenido una devoción grande a él".

Estos son sólo dos ejemplos de santos de una infinidad que existe dentro de la Iglesia católica y que responden a ciertas épocas, y de cierta manera, a cada forma de vida de las personas, comenta el Padre Juan José Hinojosa Vela, párroco de Nuestra Señora de Fátima.

"Hay santos que imitaron a Jesucristo siendo niños, otros como jóvenes, en el matrimonio, como mártires, intelectuales o doctores de la iglesia, como consagrados en la vida religiosa, misionera o sacerdotal, obreros y soldados. Hay de todo", comenta el sacerdote católico.

Jesucristo, dice, es un modelo que no se agota y resulta un diamante de muchas facetas, de ahí que la Iglesia, al canonizar a un santo, busque...

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