Santiago de Chile y Mendoza: Entre la vid y la aventura

AutorRosa Linda González

REFORMA/Enviada

Como un vigía milenario de nieves eternas, la Cordillera de Los Andes se extiende por América del Sur serpenteando a lo largo de sus 8 mil 500 kilómetros. Toda una cadena de montañas blancas y brillantes que se eleva mostrando su poderío para luego descender hacia los valles como un regalo de la naturaleza.

Los Andes dividen y a la vez unen al llamado "Cono Sur", y le confiere una personalidad única, que parece encontrar su grado máximo de expresión en la región que separa a Santiago, capital de Chile, y Mendoza, en la región del mismo nombre, en Argentina.

A estas ciudades no sólo las hermana su origen, el idioma y una naturaleza agreste, sino también la vid y toda la adrenalina de la aventura.

Y si lo duda, asómese a Santiago, donde el contraste entre sus modernos edificios y las antiguas joyas arquitectónicas, aunadas a la sobriedad de sus limpias calles, significa apenas la puerta de entrada a un territorio que, más cercano a la montaña, muestra su naturaleza extrema y ofrece emociones al por mayor.

Mendoza, a sólo 35 minutos por avión, es una ciudad horizontal que aparece como un milagro creado por la mano del hombre, quien le arrebató terreno al desierto para convertirlo en vergel.

Al pie de la montaña se da la vid, una uva con calidad que con los años ha ganado prestigio y que se traduce en finos vinos de mesa, ya sea provenientes del Valle del Maipo, en Chile, o alimentada por el río Mendoza.

Los vinos chilenos tienen asentado su prestigio en sus buenas cepas, la uva "carmenere" se perfila para ser la distintiva de la región, al demostrar su fortaleza ante el infortunio de la plaga "filoxera", y estar ahora de regreso en Europa, en botellas que se degustan al por mayor.

Y qué decir de la "malbec", que en tierras de Mendoza ha adquirido su propia personalidad y le da ese color tan firme a los vinos mendocinos.

Hay tanto interés en ambas ciudades por difundir su industria vitivinícola, que en las agencias de viajes locales ofrecen recorridos para visitar bodegas y viñedos.

Y arriba, en lo alto de la montaña, se esconde la diversión para los amantes de la aventura, desde el esquí que puede practicarse en Portillo, a 140 kilómetros de Santiago, o en Vallecitos, a 75 kilómetros de Mendoza. También se puede disfrutar del rafting, rappel, cabalgatas y bicicleta de montaña.

En las dos ciudades se cuenta con excelente infraestructura turística, hay oficinas de orientación, hoteles para todos los bolsillos, todo tipo de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR