Sangre entre la niebla (I)
La Ciudad de la niebla es uno de los motes con los que se le conoce a Londres, Inglaterra.
Pero, la realidad es que no hay tal niebla. Bueno, sí la hay, pero no a los niveles que suelen mostrar las películas sobre esa Ciudad que ha visto a celebres personajes de ficción como Sherlock Holmes, James Bond y Peter Pan, deambular por sus calles.
Lo que sí había eran chimeneas. Común y corriente, ¿no? El gas producido por cientos, quizá miles de hogares que utilizaban la combustión vegetal para generar calor era en realidad lo que acentuaba la tan enigmática niebla.
El Barrio de Whitechapel (cuya traducción sería algo así como Capilla Blanca), es uno de los barrios que se hallaban cubiertos por esa neblina que algunos describían como lechosa, mientras que otros la veían con tonalidades verdosas.
Actualmente, Whitechapel es un sitio lleno de vida, con cafés, galerías, restaurantes, vamos, algo parecido a lo que son las colonias Roma y Condesa, en la Ciudad de México.
Pero hace 130 años, distaba mucho de verse así.
Por sus callejuelas pululaban prostitutas y personas de la peor calaña.
Dentro de las casas la cosa no iba a mejor, pues todos sus habitantes sufrían de pobreza, con todo lo que esto conlleva: piojos, suciedad, ropa remendada, ratas, dientes podridos...
En ese contexto emergería el asesino más celebre de la historia: Jack El Destripador.
No hay un conceso sobre cuántas mujeres asesinó Jack.
Hay quien le atribuye 11 crímenes, aunque las autoridades oficialmente le han endilgado cinco.
Pero antes de que Jack comenzara a operar, hubo otros homicidios de prostitutas. Las primeras dos en ser victimadas fueron Emma Elizabeth Smith, muerta el 3 de abril de 1888, y Martha Tabram, hallada sin vida el 7 de agosto del mismo año.
La primera confesó antes de morir que fue atacada por un grupo de hombres, una pandilla presumiblemente, quienes la golpearon y le introdujeron un objeto en la vagina, mientras que la segunda fue hallada en George Yard -considerada en la época una de las calles más peligrosas- con 39 puñaladas.
Si bien Smith y Tabram no son consideradas víctimas de Jack El Destripador, sus muertes son un síntoma de lo que ocurría en ese tiempo.
Agosto de 1888 traería consigo el primer crimen que se le atribuye al que se considera uno de los primeros asesinos seriales de la historia.
El día...
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