'Sanan' el espíritu desde la tradición

AutorYanireth Israde

La danza folklórica de México se presenta en el Festival Patria Grande como reflejo de su tiempo, sin reducirse al derroche de colores, el alarde de listones y la algarabía perpetua que la encasillan y la convierten en una expresión estática, coinciden Rubí Oseguera y Jesús Ortiz, quienes dirigen, respectivamente, las agrupaciones La Techa y Con la Juventud Al Revés.

"Normalmente lo que vemos de la danza folklórica o de las danzas tradicionales es la festividad, la alegría, pero en nuestras comunidades utilizamos los espacios de celebración también para sanar el alma.

"En la manifestación que presento (dentro de Patria Grande), el fandango jarocho, hay una parte que es el final de fiesta, el final de la celebración, ya en la madrugada, cuando se abre el alma, cuando se empiezan a tocar sones justo para curarnos, para sanar", destaca en entrevista Oseguera, bailadora de tarima del sur de Veracruz.

Y la tradición no riñe con la contemporaneidad, indica.

"Es una tradición muy viva, porque se renueva, sigue teniendo vigencia dentro de nuestras comunidades y sigue teniendo un valor y un uso social".

Ortiz, también en entrevista, se refiere además al uso social que la danza folklórica tiene para los adultos mayores pertenecientes a la compañía que dirige, pues contribuye a la formación de comunidad y a la resiliencia, aún más tras la pandemia, expone.

Y coincide con Oseguera en resaltar el carácter dinámico del folklor mexicano.

"El cambio responde a una necesidad, y eso no quiere decir que ciertos patrones o esquemas que se han mantenido durante mucho tiempo no funcionen, siguen funcionando. Sin embargo, la búsqueda de nuevas identidades ha abierto la oportunidad de que haya otro tipo de propuestas y otro tipo de trabajos.

"Es importante que la gente tenga esta gama de oferta, como también lo es, para otras agrupaciones, la oportunidad de mostrar su trabajo, y dar a conocer que no solamente hay un esquema para llevar la danza folklórica, sino una variedad, como la cultura en nuestro País", añade Ortiz.

Oseguera enfatiza a su vez la importancia de la participación comunitaria en la escena.

Y aquí tiene sentido el nombre de La Techa, compañía que dirige, que remite al acto de construir, entre todas y todos, el techo de una vivienda.

"En Veracruz los techos antiguamente se hacían de palma y toda la comunidad colaboraba con sus saberes en la construcción de estos: estaba quien cocinaba o quien hacia música en la...

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