San Cadilla / Dominguero

HACEN DE TODO

Si detrás de cada hombre hay una gran mujer, detrás de cada futbolista hay un gran "chofer".

Aunque no son empleados del club, estos choferes son los que resuelven los pendientes que los jugadores tienen fuera de la cancha, a veces, sea lo que sea. Consiguen de todo, a todas horas, sin importar qué sea.

Así como consiguen reservaciones en restaurantes y hoteles, mueven a las esposas y familiares a donde tengan que ir, llevan a los niños a la escuela, pagan los servicios, aseguran lugares en antros y conciertos, les compran licor o comida y hasta videojuegos si están aburridos.

Son unos todólogos que por lo general están al servicio de los jugadores 24/7 los 365 días del año que se convierten en 366 cuando es bisiesto.

La recompensa a veces es un salario fijo, en otros en especie, muchas veces les regalan boletos para que los revendan y la diferencia es un extra para estos choferes multiusos, que a veces reciben propinas muy generosas.

Pero claaaro que no todo es lindo, estos personajes tienen anécdotas de todo tipo. Algunos me han dicho que algún día van a escribir un libro con sus vivencias al lado de un jugador. Me imagino que algunas de éstas estarían ahí.

Cuentas claras, amistades...

Entre estos choferes hay algunos que se ganan la confianza total (y a veces hasta ciega) de los jugadores a tal grado que les confían sus cuentas bancarias, su familia y hasta su pareja.

Cuenta la leyenda de un jugador extranjero que a su "brazo derecho" le dejaba la complicada tarea de hacerle reservaciones en antros, bares y tugurios, y hasta le pedía que le consiguiera los números de famosas chicas del clima o presentadoras de televisión para invitarlas a salir a "tomar una copa, nada más".

Llegado el momento, también tenía que enviarles flores y regalos. Parecía que se divertían, ¿no?

Pues, no tanto, este mismo personaje tuvo un triste final con el que consideraba su "hermano del alma", pues al cambiar de equipo y ciudad, cayó en las drogas y perdió mucho de su patrimonio (millones de pesos)... y de su cabeza.

La "amistad" acabó y mal, después de que el jugador se puso a hacer cuentas.

Se sentaron a hablar de números, como se habrán de imaginar y entre el "me robaste" y "jamás te robaría, tú lo malgastaste" se terminó una relación que parecía inquebrantable. Una lástima.

El desubicado, el miedoso y más

Cuando los jugadores...

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