San Cadilla / La Dominguera

Un rebelde con causa

Le decían el "Mozart del Futbol", pero para Austria fue mucho más que eso.

Matthias Sindelar era un delantero alto y desgarbado, pero que tenía la portería tatuada en su mente: pese a medir 1.80 metros, apenas y pesaba 60 kilos.

En una época en la que parece moda de algunos negarse a jugar un Mundial de futbol, el austriaco sí tuvo un verdadero motivo.

EL 'WUNDERTEAM'

Sindelar encabezó el famoso "Wunderteam", el equipo austriaco que en los años 20 y 30 del siglo pasado maravilló a Europa.

¿Existe la suerte en el futbol? No tengo la respuesta. Pero esta selección no se inscribió en al Mundial de Uruguay 30 -como la mayoría de los equipos europeos-, en 1934 llegó a Semifinales, pero un arbitraje más que sospechoso los dejó fuera ante la local Italia de Benito Mussolini y para 1938, Austria ya había sido anexada a la Alemania nazi.

Sindelar nació en Moravia, pero se crió en Viena, en un barrio obrero, y encabezó al club Austria Viena a la conquista de 3 títulos, por lo que a los 23 años ya era inamovible en su selección.

Le apodaban también "El Hombre de Papel" por su dribling, que lo hacía pasar por en medio de los defensas, así como por su delgada anatomía y elegancia.

A principios de los años 30, Sindelar era imparable: Austria se dio el lujo de golear a Alemania 5-0 en Viena con 3 goles de él y luego 6-0 en Berlín.

Pero ni su selección ni ninguna otra estaba preparada para lo que venía en el Mundial de 1934.

En la Semifinal, el ítalo-argentino Luis Monti lo coció a patadas bajo la complicidad del arbitraje, y finalmente cayeron agónicamente 1-0.

Fue tal el nivel de violencia, que Sindelar tuvo que ir al hospital a ser atendido y sería ahí donde conocería a Camila Castagnola, una italiana-judía que se convertiría en su esposa.

ESPÍRITU INDOMABLE

Sindelar tenía un espíritu rebelde por naturaleza: cuando el gobierno austriaco -bajo presión alemana- disolvió su federación de futbol y separó a todos aquellos de origen judío, el goleador era el único que seguía teniendo relación con el hasta entonces presidente del Austria Viena, Michl Schwarz.

El 12 de marzo, Adolfo Hitler decretó la famosa "Anschluss" o anexión austriaca al III Reich, y para tratar de aligerar la tensión efectuó un "partido por la paz": la selección de Alemania enfrentaría a un "XI de Austria" en el estadio Prater, el 3 de abril de ese mismo año, a unos cuantos meses del Mundial.

El resultado debía ser un pacífico empate sin goles y que el mismo Sindelar...

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