San Cadilla

EXCUSAS

Ya no saben ni de dónde agarrarse en las Chivas para justificar sus medianías.

En el discurso antes de empezar el torneos se escuchaba muy bonito que ya no habría pretextos, que se acabaron los hubieras, que sabían de la molestia de la afición, que iban a estar a la altura y más bla, bla, bla.

Marcelo Michel Leaño fue el primero en contradecir sus palabras con que si hubiera pasado esto y aquello, si hubiera metido a este o a aquel, y después salen con que si a chuchita la bolsearon.

Ojo, soy de los que cree que el arbitraje se ha equivocado groseramente con ellos en las dos últimas jornadas, peeeeero, el mal arbitraje no puede ser un distractor con lo que se está dejando de hacer y el mal momento de algunos de sus pateabalones.

¿Acaso ya se olvidaron del ChiVAR? el arbitraje da y quita. Y los partidos no se ganan solo con merecimientos.

Fue inverosímil la manera en la que les sacaron el partido con un 2-0 por más que sea el "marcador más engañoso", según el filósofo Raúl Orvañanos.

Que el árbol de los dos malos arbitrajes no les nuble la vista a todo el bosque.

¿CUÁL PANDEMIA?

El 0-0 en la cancha no fue lo único decepcionante del sábado en Ciudad Universitaria.

Como si la pandemia de Covid-19 ya fuera cosa del pasado, fue increíble cómo a la afición de Pumas, América y a la gente de la organización del Estadio Olímpico Universitario les importaron un bolillo las medidas de seguridad básicas que aún, se supone, están vigentes para prevenir contagios.

A los aficionados hay que ponerles un mega tache porque en su mayoría, aunque llegaron al estadio con las mascarillas, aún antes de ingresar a las tribunas ya las traían de collares o hamacas para sus papadas. El comportamiento ejemplar de los primeros juegos de vuelta tras el largo cierre del inmueble, allá por octubre, ya es cosa del pasado.

Adentro del estadio, todo mundo gritando y escupiéndole al de abajo, fumando o simplemente disfrutando la noche sin mascarilla de por medio aunque no estuvieran tomando o comiendo como se manejó hace unos meses que eran las únicas razones para justificar el despojarse de los cubrebocas.

Pero la gente que controló los accesos al estadio también...

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