San Cadilla

NUEVAS MAÑAS

Una junta de seguridad previo al clásico capitalino entre América y Pumas, mil 200 policías para resguardarlo, y todo para que la afición auriazul terminara pitorreándose en la cara de las autoridades en el Estadio Azteca.

Ya caí en cuenta que los barristas de Pumas tienen un nuevo modus operandi para hacer su día en el Coloso de Santa Úrsula más ameno y por supuesto muy incómodo para los seguidores locales, sean de América o de Cruz Azul.

¿DE QUÉ ESTOY HABLANDO?

A ver, les platico.

Resuuuuulta que el operativo para recibir a la afición visitante y enviarla a la cabecera sur en estos momentos sirve para dos cosas. Me cuentan que menos de 10 camiones entraron por la puerta 8, designada por la Policía para instalar uno o dos puntos de revisión a los pasajeros y los propios autobuses con el fin de confiscar artículos prohibidos como pirotecnia, banderas o alcohol.

Evidentemente, esos pocos camiones no traían a toooooda la afición que llenó la cabecera, misma que ingresó con toda la libertad del mundo todo tipo de trapos, banderas y hasta pirotécnica, pues se escucharon al menos un par de detonaciones durante el partido.

¿CÓMO LO HACEN?

Ahhhhhh, el truco es que la mayoría de esa gente llega tres o hasta cuatro horas antes del juego en automóviles o camionetas, sin que nada ni nadie pueda revisarlos por lo que muchos ingresan al estacionamiento bebidas alcohólicas que van desde cerveza hasta botellas que se echan antes de ingresar al estadio, pues no les conviene llegar con la barra y...

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