San Cadilla

AutorCancha

Feliz, feliz, como una lombriz

Ya me enteré de que uno de los más felices en el América, con todo y que no hayan sumado un punto en el torneo, es Darwin Quintero.

Resulta que en los primeros días del año y en los últimos del anterior, el colombiano andaba con cierto nerviosismo por aquello de que ya no entraba en los planes de la directiva, que ya ven que para esto de los fichajes no necesariamente se alinea a las peticiones del entrenador, pero en fin.

El tema es que andaba un tanto preocupado porque lo querían cambiar de club, con todo y que buena parte del torneo anterior no pudo jugar por una enfermedad, no porque no quisiera.

Pero ahora es de los más alegres, de los que más bromas hace con los otros jugadores en los entrenamientos, y de los que más disfruta la convivencia en la parte recreativa de las sesiones, y claro, en el vestidor.

Y todo porque, gracias a que se cotizan altos sus derechos federativos, poco más de 3.2 millones de dólares, pues no hubo quien le entrara al quite y le tendiera la mano a las Águilas para llevárselo.

Por si fuera poco, de afuera tampoco llegaron muchas ofertas atractivas, por lo que no hubo más remedio que dejarlo en espera de que ya por fin se canse de fallar goles y que todo ese ritmo y alegría que trae en los entrenamientos lo ponga también en los partidos.

Así que para la salida de Sambueza no hubo más que dejarle el paquete a Darwin, al fin que ya se entiende muy bien con sus compañeros, sobre todo en los juegos y bromas.

Ni quién lo extrañe...

Y ya que hablamos de...

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