San Cadilla

Tierra de nadie

¿De qué sirve que la Secretaria de Seguridad Pública ponga 100 o más granaderos para cuidar a las porras del América o a los seguidores del visitante en turno en las cabeceras del Estadio Azteca?

Ya se han olvidado de lo que sucede en la zona general y preferente, donde los pseudo aficionados hacen de las suyas en cada encuentro.

El sábado pasado se registraron tres trifulcas de antología, y en los alrededores no había ni un uniformado. Fue penoso que los cubeteros y los vendedores tuvieran que meterse en medio de los rijosos para poner paz, recibiendo como respuesta aquellos a quienes mejor les fue patadas voladoras, golpes y mentadas de madre.

La gente de seguridad del Azteca se vio rebasada: una pobre chica no se dio abasto para cuidar la paupérrima zona de prensa donde volaron celulares, tabletas y demás, por todos los empujones generados por un grupo de personas que, al no encontrar lugar, se arremolinaron en los pasillos.

Y todo porque un "enfermo" llenó un par de vasos con orina y los lanzó a la gente que se encontraba abajo de él. Obvio, un grupo de jóvenes que fueron los más bañados, se le fueron a los golpes y el cuate terminó cayendo aparatosamente por las escaleras.

Con la camisa desgarrada y arrastrando una pierna regresó a la trifulca para darle un derechazo en el rostro a una chica que quedó noqueada en medio de las cajas de cerveza.

A la que les platico siguieron otras dos peleas, terminando con un chavo que de plano se bajó los pantalones para orinar a gusto en la zona general, a donde, so pretexto de la remodelación, la gente del Azteca mandó a todos los medios de comunicación, que exponen la vida, y la dignidad, cada 15 días.

Miniva...

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