San Cadilla

SÍ HAY

En la columna pasada respondí preguntas y resolví dudas, algunas importantes y otras tan intrascendentes como un Mauritania-Níger en la Fecha FIFA.

Y ayer debo confesar que yo era el de las dudas sobre qué informarles, así que ni modo, molesté a mis Judas, esos que nunca me fallan, aunque anduvieran en la Visita a los Siete Templos, la Cola de Caballo, las Grutas de García o en el hielo, unos disfrutándolo y otros aguantándolo.

De no tener nada, tuve mucho. Léanle.

ABONOS

Hoy en la mañana, en el centro comercial Nuevo Sur, habrá algo más que parejitas primaverales en las banquitas o niños aventándose en los resbaladeros.

A las 9 de la mañana están citados muchos felices aficionados de La Pandilla con su tarjeta de crédito Rayados Bancomer, quienes irán por sus abonos para el hermoso estadio de La Pastora, que está tan grande que se ve desde el centro comercial donde está ubicado el local de atención a los abonados.

Esperemos que la raza no se alborote ni quiera hacer trucos o agandalles con tal de tener su abono antes que nadie.

Les escribo esto porque ayer fue el turno de aficionados con capacidades diferentes para tramitar su abono y resulta que había apuntados seguidores que no padecen de ninguna discapacidad.

Habrá sido confusión o agandalle, eso queda en la conciencia de cada quien, pero lo que es un hecho es que la molestia que hubo en algunos de los que acudieron ayer a Nuevo Sur en la mañana no fue responsabilidad del Club ni de la gente que está a cargo de la promoción y colocación de los abonos.

Repito, de alguna manera, intencional o no, algunos aficionados se registraron en la lista de discapacitados sin serlo y el club, con justa razón, los mandó a... comprarse una nieve de yogur para que se les bajara lo caliente.

Lo que genera un estadio tan hermoso como lo será el BBVA Bancomer.

¿VA A TIEMPO?

Pues el acelere por los abonos está a tope, ¿pero el estadio?, ¿cómo va?, ¿lo terminan para el 1 de agosto?

Como yo cuando paso por ahí voy en camión, en el 214, y va lleno de raza, pues no puedo ver mucho el estadio. Así que le llamé a un Juditas.

"La obra civil exterior apenas se está realizando", me informó.

"¿Y eso?", le pregunté yo.

"Las compañías de especialidades no avanzan porque la lana no fluye como quisieran y entonces tienen que meter a quien quiera aventarse la chamba así", me respondió.

"¿Y por qué no fluye la lana?", le repregunté.

"Tardan mucho en revisarles sus facturas y FEMSA más en procesar el pago", contestó.

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