San Cadilla

Triángulo amoroso

Había una vez un técnico uruguayo que, tras lograr el título con cierto equipo del Bajío mexicano, casi casi renunció en la cancha donde se coronó como diciendo que ya había ganado todo ahí y que no había más que hacer... a menos que le dieran un jugoso aumento de sueldo.

Claro que en aquella noche de jolgorio, este entrenador no recordó que tenía un contrato firmado en papel y otro de palabra, de mantenerse en la institución que un torneo antes no lo había corrido pese a quedar fuera de cierto torneo continental y de hacer un papelón en la Liga.

Cuentan que unos días antes de la Final, a ese director técnico le habían ofrecido dirigir justamente al que sería su rival por el título, pues su colega se iría a tomar una responsabilidad mundialista.

Sin embargo, a pesar de que la idea de dirigir a uno de los grandes le latió mucho a nuestro personaje, su patrón le echó en cara el "acuerdo de honor" que hizo meses antes y tuvo que doblar las manitas, aunque su ausencia en los festejos del campeonato fue interpretada por más de uno como un buen berrinche.

Cuando el subcampeón todavía aspiraba a ser bicampeón y se topó con la negativa de nuestro técnico uruguayo, tuvo que echar mano del Plan B y fichó a un hombre que se fue de México porque extrañaba a su familia, pero ya tenía planes de volver al País, aunque no a la ciudad donde hoy vive, sino un poquito más al norte, allá donde hay un cerro muy grande y un equipo con la playera a rayas, que fue el que salió bailando con la más fea en esta novelita.

Y es que diiiiicen que el América ya tenía apalabrado a nuestro hombre, Gustavo Matosas, quien se tuvo que quedar en León, y por ello las Águilas ficharon a Antonio Mohamed, quien a su vez ya había dado su brazo a torcer con Rayados, que acabaron como el más torcido aquí, pues no pudieron firmar al "Turco" y al final se quedaron con el "Profe" Cruz...

Lana a la vista

Muy contentos andan los socios del Atlas porque ya les hablaron de la presidencia del equipo pidiendo sus datos fiscales.

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