Salvaje americano

AutorDavid Loji

La versión más rabiosa del Chevrolet Camaro es la ZL1, cuyo mayor atractivo es su motor V8 supercargado de 6.2 litros de desplazamiento.

Esta joya de la ingeniería tiene una potencia de 580 caballos a 6000 rpm y un torque máximo de 556 libras-pie a 4200 rpm. Es una verdadera bestia.

Según su fabricante acelera de 0 a 96 Km. /h (60 MPH) en 4 segundos y alcanza una velocidad máxima de 295 Km. /h.

La transmisión es Tremec manual de seis velocidades con overdrive en quinto y sexto cambio.

El mecanismo de cambios tiene una sensación mecánica y es muy satisfactorio pues los movimientos de la palanca son cortos y positivos.

El clutch es muy duro, lo cual es de esperarse considerando el nivel de potencia y desempeño de este auto.

Con estas cifras tan saludables de torque y potencia no hace falta decir que este auto es realmente veloz.

En cualquier cambio y punto del tacómetro este motor responde con gusto a la aplicación del acelerador. Ahora bien, encima de las 2500 rpm un acelerón da por resultado un torrente generoso y frenético de poder.

En una avenida rápida se pudo atestiguar la abundancia de poder. A 90 km/h en tercera velocidad y con el tacómetro marcando 3500 rpm un acelerón hizo coletear el auto.

Hay que ponerle toda la atención al manejar rápido, no es un auto silencioso o relajante como un sedan alemán. Apague el celular y deje de buscar canciones en su smartphone.

Al acelerar a fondo la sensación que ofrece este auto es tan intensa como subirse a un toro de rodeo y tratar de aguantar 8 segundos sin caerse.

Ahora bien, en tráfico un auto tan potente pone a prueba los nervios del conductor porque el Camaro ZL1 se siente como animal enjaulado en estas circunstancias.

No es el mejor auto para conducir en embotellamientos. Al conducir en congestionamientos este deportivo es como un perro bravo que...

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