Salvación: la felicidad de un pueblo cabe en dos salones

(Material transmitido por el Servicio Sindicado el pasado 31 de agosto)SANTA LUCIA MONTEVERDE, Oax., septiembre 7 (EL UNIVERSAL).- Julio César Cruz Bautista jamás se imaginó que un día podría ser ingeniero. A sus 19 años se resignó a que ya no volvería a estudiar y migró a Estados Unidos en busca de una "mejor vida".

Fue hace más de 10 años cuando dejó San Sebastián Nopalera, población del municipio de Santa Lucía Monteverde, en la región Mixteca de Oaxaca, y conocida porque desde 953 mantiene un conflicto territorial con su ejido Zimatlán de Lázaro Cárdenas, pero que desde hace cuatro años decidió emprender el camino hacia la paz.

Julio César llegó a Estados Unidos y durante casi dos años trabajó en una fábrica procesadora de carne de pavo. Ahí, cuenta, le nació el anhelo de tener su propio negocio; fue entonces que regresó a Nopalera y retomó el trabajo en el campo, como sus padres.

Han pasado más de 10 años de su regreso. Con 32 años y padre de dos niñas, Julio César es uno de los 73 alumnos del Instituto Tecnológico del Valle de Etla, fundado hace cuatro años en San Sebastián Nopalera a iniciativa del profesor Javier Castillo Cabrera.

Es precisamente a través del estudio y el aprovechamiento de los recursos naturales que fomenta el tecnológico que empieza a cambiar el destino de la comunidad. Ahora su gente ya no está enfocada en la disputa territorial con sus vecinos ni en migrar; sus habitantes se han interesado en el desarrollo de su población y en lograr la paz.

"Muchas de las veces lo que lo limita a uno en las comunidades es sentirse pequeño al no tener una carrera, pero ese es el cambio que trajo el tecnológico, que le ha abierto los ojos a la comunidad de que nadie es menos, hay que cambiar de idea?, expresa Julio, quien cursa el quinto semestre de Ingeniería en Desarrollo Comunitario y es el presidente del Consejo Estudiantil.

Él es ejemplo de las barreras que han roto los habitantes y de que ni la edad ni la condición económica son impedimento para llegar a ser un profesionista: "Todo se puede hacer, no hay imposible, siempre y cuando haya una visión clara de lo que se quiere".

Jesús no es el único que piensa así. Sus demás compañeros, mujeres y hombres de entre 18 y más de 30 años, están convencidos de que a través del estudio podrán lograr el desarrollo de Nopalera; incluso quieren convertir sus proyectos productivos en modelos de negocio y exportar, para así hacer crecer la economía de su población.

"Quiero ayudar a mi...

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