Lo salva protección divina

AutorEnrique Ávila

Sumamente aparatoso resultó el accidente que el pasado fin de semana enfrentó el piloto polaco Robert Kubica de la escudería BMW Sauber en Canadá.

Los pronósticos al momento del percance eran reservados pues el auto quedó muy destrozado al impactarse contra muros y volcarse.

Lo que más hacía dudar a los comentaristas de la televisión era, aparte del daño severo al monoplaza, los movimientos bruscos de su cabeza, aún y con el conocido Hans-device, lo que hacía suponer que las consecuencias podrían ser hasta fatales.

Con el paso de los minutos, pese a todo, los primeros reportes médicos indicaban que las cosas estaban mucho mejor de lo esperado, el piloto podía sostener un diálogo fluido con los médicos y nunca perdió la conciencia.

Para muchos su condición de salud fue una verdadera sorpresa, y al parecer no solamente salió vivo del percance por los niveles de seguridad que ahora vive la Fórmula Uno, sino gracias a la protección divina de otro polaco, Su Santidad Juan Pablo II, cuyo nombre lo acompaña en cada carrera y práctica desde la temporada pasada oculto detrás de la mica del lado derecho del casco.

Habría que ver si lo vivido pudiera ser de ayuda en el proceso de canonización del Papa polaco, quien falleció hace poco más de dos años y a quien ya le atribuyen otras intervenciones divinas.

La Agencia Católica de Informaciones (ACI), ahora llamada ACI Prensa, destacó en sus titulares: Accidente F-1, Piloto polaco salva de morir en accidente "gracias" a...

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