Saltan dudas en 'atentado' de Anaya

AutorIsaac Guzmán y Adán García

EL NORTE / Michoacán

MORELIA.- La reconstrucción de los hechos del presunto atentado contra el candidato del PRI a la Gubernatura de Michoacán, Alfredo Anaya Gudiño, muestra incongruencias con la versión del abanderado priísta.

La versión de Anaya Gudiño y la de su chofer José Ortiz Vázquez, así como los cinco impactos en la carrocería de la camioneta, que ya fue devuelta por la Procuraduría de Justicia del estado a sus dueños, son las únicas pruebas del presunto ataque.

En contra existen inconsistencias que destaca una vez que se repasa la versión de los afectados y se inspecciona el lugar de los hechos.

El 10 de octubre, a las 13:00 horas, el candidato del PRI al Gobierno de Michoacán circulaba a bordo de una Suburban, por un camino que une a San Pedro de los Sauces con la Carretera Zinapécuaro-Morelia.

Antes Anaya había estado en la Hacienda Las Trojes, adonde acudió para repasar sus apuntes para el debate que sostendría con los candidatos del PAN y PRD, Salvador López y Lázaro Cárdenas, respectivamente.

Extrañamente, el presunto o los presuntos agresores, lo cual no ha quedado claro, conocían la ubicación de Anaya, dato que sólo manejaba su equipo de campaña.

De acuerdo con la Procuraduría de Justicia de Michoacán, 500 metros antes de llegar al entronque, un sujeto que se encontraba a bordo de una camioneta que estaba detenida a un costado del camino disparó en cinco ocasiones en contra de la Suburban de Anaya.

"Saliendo de la granja eran las 13:15 horas aproximadamente, estaba hablando por teléfono, entonces se escucharon unos tiros como cuando le pegas a una caja", narró Anaya, "yo no sabía de qué se trataba, hasta que se cayó un vidrio".

Las balas calibre .38 ó 9 milímetros se impactaron en el costado derecho de la unidad, justo donde viajaba el candidato; dos en la lámina de la puerta trasera y tres en el cristal de la ventana.

En la inspección ocular que realizó EL NORTE en el lugar de los hechos se evidencia que el presunto agresor tuvo un ángulo de tiro muy cerrado, lo que hace difícil entender cómo logró pegar cinco impactos tan juntos unos de otros.

Un seminarista que vive en la zona, y que pidió el anonimato, dijo que inicialmente escuchó dos disparos, una pausa de segundos y enseguida tres disparos más, lo que complica entender la forma en que pegaron los tiros.

Ortiz Vázquez siguió conduciendo y a pesar de que el vehículo no había sufrido desperfectos mecánicos lo detuvo dos metros antes de llegar al entronque con la...

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