Al salir de algunos Colegios: Es la dimensión desconocida

AutorYazmín Gallegos

Un día todo terminará y el mundo cómodo, libre y unisexual en el que han vivido algunos dentro del colegio cambiará por otro más real, pero esta transición les cobrará una cuota de momentos importantes, algunos chuscos y otros más preocupantes.

Este no es un asunto concluyente, nadie se ha puesto a investigar al respecto, pero hay algunas experiencias subjetivas más o menos generales que se han observado en ese proceso de cambio de los jovencitos, dice el psicólogo Daniel Herrera Mendoza, del Centro de Neurología y Psicología Integrada.

La realidad puede ser que en el colegio se les da una excelente educación, disciplina, y la instrucción religiosa que buscan los padres, y el niño está a gusto, pero...cuando llega la hora de entrar a la prepa, surgen algunos temores o choques en los adolescentes, dice.

Y pasa mucho que quieran regresar con los suyos, los de su mismo sexo, los que los entienden.

"La verdad me la pasaba bien entre puras mujeres, pero cuando llegué a la secundaria mixta y además laica, pues fue realmente un proceso de adaptación muy duro", cuenta Alma Vargas, que cursó la primaria en un colegio de monjas.

Del colegio recuerda una disciplina muy rígida y el énfasis a los valores morales, que contrastó con las formas de la secundaria mixta, que además no era ya de tan alto nivel social.

"Yo sólo pensaba en cómo fui a caer con esos salvajes y trogloditas de mis compañeros (hombres)", dice entre risas.

No estaba acostumbrada a que se 'llevaran' con ella de un modo más pesado, ni a que le agarraran sus útiles sin permiso, y mucho menos a oír groserías.

"Me parecían vulgares, prosaicos, realmente no soportaba que me hostigaran".

La molestaban por un motivo: sabían que la harían enojar, ya fuera que le aventaran la mochila al suelo, desde el tercer piso, o que hicieran mofa porque venía de una escuela de monjas.

El psicólogo explica que de la educación de un solo sexo pueden mencionarse como ventajas que tanto niñas como niños pueden reafirmar más fuertemente su identidad de pertenencia al género, y también una tendencia a la espontaneidad.

Pero... ¿y después?

"Me acuerdo que una vez me mandaron a la dirección por levantarme la falda para acomodarme la blusa en el salón del grupo; algo que en el colegio así lo hacíamos siempre y no pasaba nada.

"'Eso no debes hacerlo porque aquí hay hombres', me dijo el maestro, 'pero si traigo short', le contesté".

La respuesta del profesor fue que los hombres no sabían de la existencia del short y...

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