'Sacudes el tanque, suena y se siente'

AutorIris Velázquez

Habitantes de la zona oriente de Tlalnepantla, en el Estado de México, llevan sus cilindros de manera directa hasta las gaseras que les quedan cerca para abastecerse del energético, pues aseguran que prefieren recorrer unas calles cargando sus tanques a perder unos litros de gas LP por estafas.

Ascensión Ávila ha visitado por más de 30 años las plantas del servicio. La cercanía de la colonia La Presa -donde vive- con las zonas de gaseras de San Juan Ixhuatepec o San Juanico se lo permite.

Acompañada de uno de sus hijos, la mujer acude a rellenar sus cilindros en una de las empresas de la Avenida San José, en vez de solicitarlo a camionetas que pasan ofreciendo el gas por su casa.

La vuelta vale la pena, asevera, porque los despachadores le pueden quitar a cada tanque incluso más de cinco litros.

La única manera de saber si se les dio el servicio correcto, explica doña Ascensión, es pesando el tanque, pero presume que con la experiencia, al moverlo de un lado a otro, se puede tantear si fueron o no estafados.

"Se sacude el tanque, suena y se siente, ya le vas tomando la práctica", comenta la madre de familia.

El ir a rellenar los cilindros no es una tarea de una sola persona, advierte José Rodríguez, habitante de Ecatepec, quien acude al menos con un acompañante "para evitar el despiste".

La calculadora del celular no puede faltar al hacer la transacción, pues los consumidores saben cuánto pesa el tanque vacío y lo pasan por una báscula después para ver si les dieron los litros acordados.

Matías, un empleado de las gaseras que pidió no confundirlo con comisionistas, asevera que al llegar a una casa o a algún negocio algunas familias piden al gasero esperar a que comprueben que el servicio fue el solicitado.

Algunos, incluso, lo hacen con agua. Con el gas conectado, los usuarios abren los quemadores de una estufa y vacían agua en el cilindro, y después de 10 minutos aparece una marca al nivel solicitado por el cliente, explica.

Cuando se acude a los hogares, algunos ciudadanos graban al empleado, le sacan fotos, piden copias de la credencial de elector, a manera de comprometerlo y levantar una denuncia en dado caso de que haya una irregularidad con el servicio.

Es más complicado, explicaron trabajadores, medir los litros en los cilindros que con los tanques de gas estacionario, pues éstos tienen válvulas que lo marcan. Aunque se advirtió que también se pueden alterar.

Además de ello, un trabajador detalla que los litros no equivalen a un kilo...

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