Sabía desde niño que sería religioso

Reforma/Staff

CORTÁZAR, GTO.- Desde que era niño Juan Francisco Castrejón Aguado supo cuál era su vocación: quería Servir a Dios.

La tranquilidad y la inteligencia eran su virtud, y fue hasta los 17 años cuando decidió ser sacerdote.

"Yo me acuerdo de él, siempre fue un muchacho muy inteligente, no se metía con nadie y siempre dijo que quería ser padre", cuenta María del Carmen de Aguado, la madrina de bautismo de Juan Francisco.

No obstante a unos días de ordenarse como sacerdote fue asesinado de dos balazos en la Colonia Nápoles del DF.

A los 17 años, Juan Francisco terminó la preparatoria en Cortázar y después llegó al seminario de Celaya, donde permaneció cerca de 4 años.

Después partió a Toluca y posteriormente a Amealco, lugar sede de la congregación carmelita en el Estado de México.

La última ocasión que visitó a sus padres en Cortázar, fue en diciembre del año pasado, para la Navidad.

"Pasó unos días aquí en diciembre; casi no lo veíamos a menos que fuéramos a visitarlo o esperar hasta el fin de año", relata el cuñado del diácono.

Juan Francisco dedicó 17 de sus 34 años al servicio de la iglesia católica. El año pasado había llegado a la diócesis de San Miguel Chapultepec, en la delegación Miguel Hidalgo del DF.

Ahí fue nombrado diácono (un grado antes del sacerdocio) y estuvo al servicio particular del obispo auxiliar de la Ciudad de México, Marcelino Hernández.

La noche del sábado 25 de febrero acudió en compañía del Obispo de la Ciudad de México a una cena.

A la media...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR