Saber de Vinos a la Carta/ Pruébelos y convénzase

AutorPedro Poncelis

En este mes patrio no podemos dejar de hablar del vino mexicano, que cada día gana más fieles seguidores que han identificado su buena calidad; incluso se puede ver ya en la televisión la campaña que la Asociación Nacional de Vitivinicultores ha lanzado para promover la imagen de los vinos que tenemos en el País, cosa que seguramente ayudará al desarrollo de esta cultura.

Y, bueno, como parte de esa cultura, en esta ocasión hablaremos un poco sobre la historia del vino en nuestras tierras.

En la época precolombina, los indígenas utilizaban las vides para hacer una bebida a la que agregaban otras frutas y miel; hasta la fecha, en algunos lugares se hace el vino de acachul con uvas y frutas silvestres. Las vides salvajes (cimarronas) estaban cargadas de racimos, pero por su acidez no producían vino.

La historia del vino en México se desarrolló durante la Colonia, al ritmo de las imposiciones de su metrópoli. Las primeras vides europeas que se plantaron en México fueron traídas por los conquistadores y misioneros españoles. La vid fue cultivada de inmediato por los misioneros que necesitaban vino para celebrar la misa.

Cuando los jesuitas llegaron en la época colonial a la península de Baja California, el cultivo de la uva acompañó sus misiones; entonces ellos transformaron los inhóspitos desiertos en zonas de cultivo y de viticultura.

Sus sucesores, los franciscanos, avanzaron hacia lo que ahora es el estado de California en los Estados Unidos. Su líder, fray Junípero Serra, estableció 21 misiones de San Diego a Sonoma, en las que plantaron vides que gozaron de especial renombre.

La variedad de uva plantada por los frailes adquirió una denominación especial: la uva misión. Hoy en día, esta variedad también se llama criolla en toda Sudamérica.

Las primeros plantíos de vid en México fueron en Puebla (Tehuacan y Huejotzingo) y después en Querétaro, Aguascalientes, Coahuila y, posteriormente, en California y en Sonora.

Hernán Cortes, gobernador de la Nueva España en el Siglo 16, ordenó que cada colono plantara 10 pies de vid por cada indio que estuviera a su servicio. Fue así que las vides se adaptaron a sus nuevos emplazamientos y fueron lo suficientemente productivas para elaborar al mismo tiempo vino y aguardiente.

Llegamos incluso a un nivel tan alto en la producción y calidad de nuestros vinos, que nos convertimos en un fuerte competidor para el vino español, el cual fue protegido por Felipe II, quien en el Siglo 16 decretó una fuerte...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR