Sabedores del mezcal

AutorNayeli Estrada

ENVIADA

Siete personajes cuyas historias hablan sobre la cultura, identidad y sostenibilidad del mezcal oaxaqueño

ADIEL CÉLIS

MAESTRO DESTILADOR DE CASA CÉLIS

"Mi familia tiene cinco generaciones dedicadas al mezcal y hoy más que nunca lo abrazamos porque incluso los magueyes que cultivamos son nuestros.

"Trabajé para el gobierno federal ocho años, pero quise regresar porque mi papá ya tiene 63; si yo no continúo, esta tradición puede perderse y esto es muy importante para la cultura de San Pedro Totomachápam", reconoce.

La familia Célis se ocupa no sólo de mantener vivos los procesos heredados de generación en generación, sino de cuidar su tierra, de procurar la conservación de las variedades de agave amenazadas por la desaparición.

"Se nos está olvidando voltear a ver al agave. Mi papá tiene sus propias semillas y tenemos un plantío con agaves silvestres, típicos de la comunidad, en peligro de extinción, como el Penca Lisa, Penca Blanca, Jabalí y Tobalá.

"Recolectamos semillas en un banco para intercambiar a quien posteriormente quiera sembrar. Aún hay maguey silvestre, pero si seguimos cortando, nos los vamos a acabar en cualquier momento", apunta.

El aislamiento y la migración han sido obstáculos en la preservación de la vocación mezcalera de San Pedro Totomachápam; sin embargo, Adiel reconoce en las redes sociales una gran herramienta para dar a conocer su mezcal chapero y acercar a los visitantes al palenque familiar.

Un buen mezcal...

"Es el que venga de un palenque donde puedan decirte quién es el maestro mezcalero, la esencia, la cultura y lo que representa ese mezcal. Lo puedes percibir en sabores o notas, en nuestro caso las que da el barro".

MOISÉS MARTÍNEZ

PRODUCTOR DE COS NARU

Tras recorrer muchos kilómetros en la administración de empresas turísticas, Moisés vio venir la fiebre por el mezcal; regresó a su tierra y a las raíces del destilado.

"Emigré hace 38 años a la Ciudad de México por cuestiones económicas, pero nunca dejé de ir a mi pueblo. Por mi trabajo viajaba mucho, visitaba muchos restaurantes, entonces noté que los extranjeros le pusieron ojo al buen mezcal", relata.

Aún residente en la CDMX, Moisés comenzó a vender el mezcal elaborado por su compadre -ahora su socio- entre amigos y compañeros de trabajo.

"Vendía Arroqueño, Sierrudo, Tobalá, Tobasiche, Espadín... Siempre tuve mucha variedad para que mis clientes pudieran probar y conocer lo que era un verdadero mezcal", cuenta.

Moisés reconoce que es más allá de nuestras fronteras donde los consumidores están dispuestos a pagar lo que vale.

"Estamos exportando a Japón y España, estamos por entrar a Inglaterra, EU y China. En México se vende poco porque nos falta mucha consciencia sobre el mezcal ancestral.

"Por su tipo de elaboración tenemos poco rendimiento y su costo es más alto, por lo que muchos lugares no nos dan oportunidad de venderlo".

Un buen mezcal...

"Los que hacen los maestros de forma artesanal y ancestral en las siete regiones oaxaqueñas. Cada...

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