Sácale jugo

AutorAdrián Basilio

Checar nuestra condición física durante y después del ejercicio es cada vez más fácil gracias a los gadgets disponibles en el mercado.

La mayoría de las tabletas, teléfonos inteligentes y hasta relojes traen aplicaciones para medir el rendimiento mientras se realiza una actividad física.

Pero hay uno que es básico para todo amante del ejercicio: el pulsómetro.

Este instrumento electrónico permite conocer la frecuencia cardiaca al instante y de manera confiable. Además, puede guiar el plan de entrenamiento para alcanzar las metas previstas y, sobre todo, hacerlo de forma segura y sin pasar los límites de resistencia que cada persona tiene.

Toda actividad física implica un esfuerzo, el cual se traduce en la aceleración de la frecuencia cardíaca, proceso a través del cual el corazón bombea sangre a todo el organismo.

Esos esfuerzos deben estar bien dosificados para evitar problemas del corazón, que también es un músculo, pero no puede excederse en sus cargas de trabajo, es decir, tiene un número de latidos por minuto que no debe rebasarse al hacer ejercicio. A eso se le denomina Frecuencia Cardiaca Máxima (FCM).

La FCM varía por factores como la edad, si se es hombre o mujer o si la persona ha entrenado o es sedentaria.

Es por eso que antes de usar un pulsómetro, e incluso previo a practicar cualquier ejercicio de forma regular, se debe hacer una valoración cardiaca o acudir a un centro de medicina deportiva para realizar una prueba de esfuerzo.

Ese estudio te permitirá conocer más el estado de tu sistema cardiovascular, detectar si sufres una enfermedad, arritmias o algún defecto en tu corazón -los cuales no se perciben con el pulsómetro-, además de que determinará con mayor precisión tu FCM, con lo cual podrás entrenar de forma más acertada.

Con esos datos, el médico indicará, por ejemplo, tu umbral de esfuerzo aeróbico a partir del cual el organismo comienza a consumir azúcares, como la glucosa, un combustible para tus músculos que, una vez que se acaba, luego de 40 minutos de entrenamiento sostenido, empiezas a consumir otro "combustible": la grasa corporal.

Generalmente, el umbral aeróbico se sitúa en el 65 por ciento del número máximo de pulsaciones o FCM.

Estos porcentajes son muy importantes a la hora de entrenar, pues con base en estos sabrás si estás trabajando para cumplir el objetivo que deseas.

ENCUENTRA TU FCM

Hay diversas fórmulas para calcular el FCM, aunque, por ser estandarizadas, arrojan valores aproximados.

Una de ellas es...

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