S@dico: Tatuajes de bajo presupuesto

AutorRafael Aviña

Egipcios, aztecas otras culturas mesoamericanas, incluso los hombres mujeres del neolítico, practicaron el arte del tatuaje. Aunque su definición resulta un tanto confusa, la palabra latina para tatuaje es estigma; un término que hace referencia no sólo a la repercusión física del misticismo cristiano, sino a las marcas hechas con un instrumento afilado, a sea como reconocimiento realizado en la piel de un esclavo o un criminal o como marca de culpabilidad.

Ahora, el tatuaje se convierte en la premisa de un curioso filme de horror de bajísimo presupuesto e ideas afines que lleva esa expresión corporal a los límites de lo descabellado. Se trata de Sádico (Strangeland, 98), de John Pieplow, escrita y protagonizada por el extravagante Dee Snider, vocalista de Twisted Sister.

Pese a que el cine registra algunas obras delirantes con el asunto del tatuaje como tema (El Hombre Ilustrado o Cabo de Miedo), en Sádico la premisa intenta mostrar ese proceso en el que la piel se trastoca en un santuario y las perforaciones en ritual, pero lo hace desde una perspectiva tan absurda e incoherente que el filme adquiere dimensiones de humor involuntario, a pesar de que todos los elementos parieran orientarse hacia una cinta de culto. Ahí está la presencia enfermiza de Dee Snider, la breve aparición de Robert Englund -Freddy Krueger para los cuates -, el tema de los asesinatos vía Internet y un tétrico performance de brutalidad a medio camino entre el Marqués de Sade y Un Hombre Llamado Caballo: mujeres colgadas de los pechos, perforaciones en los genitales, cadenas, agujas, párpados y bocas cosidas y demás parafernalia sadomasoquista.

La historia arranca en el apacible pueblito de Hallverton, Colorado, "bonito para habitar, mejor para visitar ", ahí una adolescente, hija de un detective local, y una amiga suya, entablan un diálogo a través de la red con un tal Capitán Howd , en apariencia otro jovencito dispuesto a divertirse. No obstante, lo que empieza como un simple ligue cibernético se trastoca en una pesadilla cuando sale a la luz el tal Howd , una suerte de enfermo profeta de la más tribal expresión corporal, un sádico con perfil de serial killer que somete a sus víctimas a una especie de purificación cutánea para enfrentar la sensualidad a través del dolor: "Sólo vivo por el odio. Es mi único placer ".

Sádico recupera la fórmula de las más delirantes cintas serie B de los 80, como Trick or Treat/Noche de Brujas (86), sobre un cantante de rock que...

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