La ruta moderna de las especias

AutorAlejandro Escalante

A principios del siglo 16 los reinos de España y Portugal se encontraban enfrascados en una guerra comercial por el dominio del mercado de las especias en el mundo. Una disputa que redundó en la apertura de los mares y el descubrimiento del continente americano. Con ello se duplicó la variedad de condimentos conocidos, sin embargo, la mayoría de estas nuevas especias tardaría varios siglos en penetrar a los grandes mercados.

El negocio, propiamente dicho, se basaba en la pimienta, los clavos de olor y la nuez moscada. La ruta a la India circunnavegando el continente africano, representó para Portugal una gran ventaja en esta carrera, pero una vez establecidos los españoles en sus colonias americanas y la posterior conquista de Filipinas (1521), ambas naciones vivieron el apogeo de su fortaleza.

Un siglo duraron las intrigas para merecer el favor de los caciques orientales y de este modo obtener alguna ventaja comercial con sus rivales, tiempo en el cual los antiguos comerciantes musulmanes se vieron absolutamente desplazados de este lucrativo negocio y los venecianos vieron cambiar definitivamente el giro de sus empresas.

En este periodo de descubrimientos fueron los portugueses quienes en el archipiélago de las Molucas, llamadas entonces "De las especias", develaron el último misterio, pues allí se encontraba la fuente de los clavos de olor y la nuez moscada.

Por la ruta de Batavia, Goa, Mahajanga, Cabinda, Lisboa, o bien desde Manila a Panamá, Portobello y Sevilla, las especias fluían en el continente europeo generando la riqueza de los comerciantes, enormes impuestos para los reinos y el gran lujo de las cortes.

A mediados del siglo 18, el reino de Holanda se presentaba como una verdadera potencia marítima, capaz de desafiar a las grandes potencias coloniales, y lo hizo por medio de una compañía, la infame Vereenigde Oost-Indische Compagnie, o V.O.C.

Se trataba de una empresa que para el año 1670 contaba con 40 mil empleados, 30 mil mercenarios, 200 barcos; muchos de ellos artillados, que a pesar de estos gastos conseguía pagar a sus inversionistas un 40 por ciento de interés sobre el capital invertido. De hecho se trataba de la empresa más importante del mundo en ese momento basándose en un solo principio: cero escrúpulos.

El asesinato, la esclavitud, y la depredación arrasaron el Pacífico Sur. Una de las acciones de este monopolio, quizá la más conocida, consistió en quemar todos los árboles, plantas y semillas de nuez moscada y clavo...

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