La ruta de la ignominia

AutorCésar Martínez

En el paisaje urbano de la Ciudad de México se conformó lo que podría considerarse una ruta de la desgracia, trazada por cinco de los llamados antimonumentos que víctimas de la violencia, la represión o la negligencia de las autoridades han instalado en diferentes puntos de la capital.

El pasado 2 de octubre, durante la conmemoración por medio siglo de la masacre de Tlatelolco, ciudadanos instalaron en una de las jardineras laterales del Zócalo, cerca del corredor peatonal Madero, la más reciente de estas obras metálicas.

Se trata de la figura emblemática del movimiento estudiantil: un círculo con una paloma blanca sobre tonos rojos y negros, el cual es soportado por un pedestal que de un lado tiene inscrito el año 1968 y la leyenda "2 de octubre no se olvida", seguida de "Fue el Ejército, fue el Estado".

En la otra cara de la base, está el año 2018, con la frase "Nuestra lucha no claudicará jamás ¡Venceremos!" y las siglas del Consejo Nacional de Huelga.

Los padres y las madres de los normalistas de Ayotzinapa desaparecidos instalaron el primer antimonumento en la Ciudad, el 26 de abril de 2015, cuando apenas se cumplían siete meses de los hechos de Iguala, Guerrero.

Ese día, en cuestión de minutos, normalistas rurales cavaron una zanja en el camellón central de Paseo de la Reforma, prácticamente frente al edificio de la Lotería Nacional. Ahí metieron una base prearmada que soportaría lo que es el antimonumento: el número 43, de tres metros de altura, presidido del signo de más.

Al pie de la estructura de color rojo fue colocada una placa metálica con la consigna "Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos".

"Es una denuncia ante el gobierno federal y los diferentes niveles de gobierno, de que el caso de Ayotzinapa no se cierra y los padres seguimos en pie de lucha", dijo Melitón Ortega, tío del estudiante desaparecido Mauricio Ortega, sin saber que su lucha se prolongaría por tres años y medio, más los que faltan.

Aunque en aquella ocasión, algunas de las organizaciones que ayudaron a instalar el antimonumento confesaron que esperaban que las autoridades capitalinas o federales retiraran la estructura en cuestión de días, el "+43" permanece en el lugar y hasta un tramo del camellón de Paseo de la Reforma se ha convertido en una pequeña parcela donde se siembran milpa y plantas ornamentales.

Dos años después, el 5 de junio de 2017, al cumplirse 8 años de la muerte de 49 bebés en el incendio de la Guardería ABC, en Hermosillo, Sonora...

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