Una ruta que conquista

AutorPatricia Miranda

Enviada

Valga la advertencia: esta travesía no está trazada para los turistas que se conforman con filmar escenas tras la ventanilla de un auto, sino para los viajeros que requieren subir y bajar del mismo, y de gastar, sosegadamente, las suelas de sus zapatos. Y si lo ideal es rentar un vehículo, con GPS incluido o un romántico mapa en mano, lo imprescindible es detenerse en cada valle, ciudad o poblado.

  1. A orillas del río Guadiana

    Iniciamos el recorrido en la Emérita Augusta, la que fuera capital de Lusitania, y uno de los puntos por donde pasa la Vía de la Plata, calzada comercial que los romanos construyeron para enlazar a Mérida con Astorga.

    Da la bienvenida el Acueducto de los Milagros, pero la catarsis deviene al observar el Teatro Romano de los años 16 y 15 a.C. Ahí protagonizamos una tragedia, pues nuestra visita ocurre cuando el verano ya ha terminado y, con él, una edición más del Festival de Teatro Clásico. Desde una de las puertas, un par de oídos comprueba la excelente acústica del lugar, al escuchar algunas palabras emitidas por una viajera que se encuentra en la escena.

    Tras visitar el Anfiteatro, el Circo y el Museo Nacional de Arte Romano, se entiende por qué la Unesco decretó esta urbe como Patrimonio de la Humanidad.

    Un obelisco flanqueado por la Alcazaba recuerda que ésta es la hermana mayor de las Méridas, de la venezolana, de la filipina y de nuestra yucateca.

    Toma nota: Mérida está a una hora 45 minutos de Sevilla por la A66, y a 2 horas 55 minutos, por la carretera A5, de Madrid. No te pierdas la caldereta de cordero y el gazpacho en Casa Benito, y duerme en un convento franciscano del siglo 18, en el Parador Vía de la Plata de Mérida..

  2. De fachada añeja con espíritu joven

    Quien deambula por Cáceres, solo y durante la penumbra, tiene la trémula sensación de estar acompañado; pero, si mira de soslayo, se percata de que es su propia sombra quien le persigue. Y es que por el Casco Antiguo de la ciudad corre un aire de embrujo que sólo descansa en la Plaza de San Jorge, patrono de la ciudad.

    Durante mucho tiempo, esta urbe Patrimonio de la Humanidad fue ocupada por familias aristocráticas que construyeron palacios y casas señoriales con las riquezas obtenidas en América. Destacan el Palacio de los Golfines de Abajo, sitio en el que se hospedaron los Reyes Católicos, y el Palacio de Godoy, poseedor de uno de los balcones de esquina más hermosos.

    Un envidiable ambiente universitario reina en la Plaza Mayor; en torno a...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR