RUTA 66 / Viscosidad

AutorDiego Beas

NUEVA YORK.- ¿Se convierte el derrame de crudo en las costas de Louisiana, como cada día se afirma con mayor frecuencia, en el "Katrina" de Obama?

De manera completamente imprevisible -no podía ser de otra- y a gran velocidad, la crisis del Golfo de México se convierte en el principal problema de la Administración Obama. En términos ambientales sin duda, pero, también, en términos políticos. De cómo lo percibe la opinión pública y cómo desde diversas trincheras ha comenzado ya la batalla por obtener réditos electorales -en noviembre, en las elecciones de medio mandato, y también en 2012-.

Conforme transcurren las semanas y los intentos por sellar el derrame fracasan, aumenta tanto la magnitud del desastre -calificado ya como el mayor de su tipo en la historia, mucho mayor que el famoso del Exxon Valdez en Alaska en 1989- como sus implicaciones políticas. Ayer se anunciaba que el crudo ha comenzado a llegar a las costas de Mississippi y que el Departamento de Justicia abrió ya una investigación criminal.

"Sí, el derrame en el Golfo es el 'Katrina' de Obama", titulaba su última columna en el Wall Street Journal Karl Rove, el abrasivo -y endemoniadamente astuto- ex asesor en jefe de George W. Bush. Rove acusa al Gobierno federal de obstaculizar decisiones clave a nivel local y de dejar en manos de British Petroleum, la compañía responsable de la plataforma, la planeación de la estrategia de emergencia. Es decir, le acusa de pasividad y falta de acción gubernamental.

"Ahora, el derrame amenaza la reputación de Obama y al 40 por ciento de los humedales del país", opina Rove. "Sus críticos incluyen a algunos de sus más fervientes admiradores, que entienden que es inaceptable que en 38 días la Administración no haya propuesto una solución".

Spin político puro en su más alto nivel. ¿De qué acusa entrelíneas Rove a la Administración Obama? De incompetencia. No sólo dispara apuntando directamente a uno de los activos más importantes con los que cuenta el Gobierno, sino lo hace a sabiendas de la negligencia con la que su ex jefe manejó la crisis del "Katrina"; y consciente de que asociando a Obama a ella dañará su imagen.

Desde una tribuna muy distinta, David Brooks del New York Times, lee la crisis del Golfo como una metáfora de los tiempos. La analogía correcta para el columnista no es el huracán "Katrina", sino la crisis de los rehenes en Irán a finales de los años setenta del siglo pasado. Aquella crisis se convirtió, dice, en un "símbolo de la...

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