RUTA 66 / Aritmética

AutorDiego Beas

Saldado el Súper Martes, la batalla por la nominación de los partidos -especialmente del lado demócrata-, lejos de haber concluido, entra en una nueva fase en la que los esfuerzos de los candidatos pasan de estar centrados en las elecciones estatales al mucho más complejo ámbito de las reglas partidistas y la suma total de delegados.

Un comentarista lo decía así en días recientes: "No es el fin, pero es más que el fin del principio. Se trata, quizá, del principio del fin".

Aunque cada partido tiene reglas y procedimientos distintos, ambos entran en una nueva etapa del proceso mucho más centrada en torno a sus propias dinámicas, a su aparato, a sus grupos de interés, en fin, a todas las presiones que giran alrededor de los cálculos políticos y electorales de una elección presidencial.

Sí, Iowa, New Hampshire, California, Nueva York y el resto de los estados que ya votaron son piezas importantes en el proceso; pero, no podemos olvidar, sólo aportan algo más del 50 por ciento de los delegados.

Es muy evidente que buena parte de la atención que han recibido responde principalmente a un interés mediático que nada tiene que ver con lo que sucederá en las convenciones de los partidos durante el verano.

Aunque por el interés y expectativa que provocan pareciera que habláramos de una elección general, las primarias y "caucuses" no son más que los procesos internos de los partidos; regidos por las reglas y procedimientos propios de las organizaciones políticas.

¿Qué sigue en el calendario electoral? Terminada esta fase inicial, dos son los niveles importantes que determinarán cómo se sorteará lo que resta de aquí a las convenciones de los partidos a finales del verano.

Por una parte, la conclusión del propio calendario electoral (más de una veintena de estados aún no vota); por otra, y muy importantes -y en ocasiones subvalorados- los procesos hacia adentro de los propios partidos.

Aunque con las 22 elecciones de ayer ya se han asignado poco más de 2 mil 200 delegados (algunos menos en el caso republicano), en el calendario de las primarias todavía faltan por votar estados grandes e influyentes como Virginia, Carolina del Norte, Ohio, Texas y Pennsylvania, entre varios más.

Estos estados no sólo cuentan con casi la mitad de los delegados necesarios para asegurar la nominación, podrían convertirse también en el escenario de un segundo acto de las campañas que cambie el tono del discurso y altere las dinámicas que hemos venido viendo hasta ahora.

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